El anuncio el viernes 27 de septiembre de la decisión del Consejo de Ministros de permitir la contratación de atletas por ligas o clubes extranjeros, así como la aprobación de un nuevo sistema de remuneración, fue muy bien recibido por todos los sectores del país, así como por diferentes medios de prensa extranjeros que se hicieron eco de la información. Se cumple así un reclamo de atletas, técnicos, entrenadores, fanáticos y hasta de la propia prensa. El béisbol, como deporte nacional, tuvo también su cuota de beneficio, y aunque aparentemente lento, el avance será aún más notable a medida que comiencen a implementarse los cambios.
Estas modificaciones no entrarán en vigor hasta enero del año próximo, pero en el caso puntual del béisbol, principalmente en el de la Serie Nacional —a iniciar en alrededor de un mes—, comienza a aplicarse a partir del 3 de noviembre próximo, y la situación provoca un giro de casi 360 grados. Estamos hablando del deporte más controversial y polémico de la Isla.
Acá les dejamos con un grupo de cuestiones que podrían presentarse en el béisbol cubano a medida que las buenas nuevas comiencen a materializarse.
- Disminución de las deserciones o abandonos del país (o como quiera que le llaméis): Esta consecuencia no hay que ser un erudito ni un entendido en la materia para coincidir en que será una de los principales resultados de la nueva legislación, además de que la misma fue una medida para frenar en cierto modo el éxodo casi masivo de atletas hacia el exterior. Los peloteros continuarán yéndose, pero en una escala mucho menor. La motivación principal —en la mayoría de los casos— será jugar en Grandes Ligas y no la crítica situación económica en la que puedan encontrarse. El que quiera irse, lo hará, con nueva ley o sin ella, contratados por la NPB, la KBO o cualquier otra liga, o estando acá en Cuba. Referente a la MLB, la pelota (la decisión) está ahora en manos de los norteamericanos.
- Aumento de la calidad del campeonato nacional: Por supuesto que esta venía también prácticamente “por la canalita”, pues es lógico que si los atletas que mejor desempeño tengan serán los más estimulados, todos se esfuercen mucho más para tener una mayor remuneración. Como consecuencia, el campeonato será más reñido, y habrá mucha más entrega por parte de los atletas.
- Play Off reñidos hasta la muerte: Si el equipo campeón recibe 65 mil pesos, el segundo lugar 45 mil y el tercero 30 mil, es de esperar que nadie quiera quedarse en el cuarto puesto, y que la postemporada se convierta en una batalla a muerte entre uno y otro bando. Terminar fuera del podio significaría también terminar fuera de las ganancias… mientras más alta la ubicación final, mayores ingresos… cuestión de pura matemática.
- Mucho mejor arbitraje: Como dijera Luis César Valdés, es necesaria una mayor remuneración para los umpires. La nueva ley beneficia a todos, con menos problemas de los que preocuparse en sus mentes, los oficiales tendrán una mayor concentración en el encuentro, y esto a la vez elevará el nivel de exigencia con respecto a su trabajo, lo que repercutirá en la calidad de su labor.
- Surgimiento de nuevos protagonistas: Los peloteros que se acomodan no son solamente los que están en la cima o los que son incluidos en la selección nacional, rindan en la Serie Nacional o no, sino también aquellos que tras dos o tres temporadas de buenos resultados y buen rendimiento y al ver que no reciben lo que es suyo por derecho, comienzan a bajar la intensidad y a “tirar la toalla”. En ocasiones el pelotero termina completamente desmotivado, porque hay un sembrado o clavado en la selección nacional en su posición, y no tienen ningún otro estímulo. Una vez que comience la Serie 53, habrá varios jugadores que hasta la temporada pasada no habían mostrado mucho, o simplemente no se habían empleado a fondo, haciéndolo bien desde la primera voz de Play ball; algo que sin dudas le cambiará la cara al torneo doméstico de los cubanos.
- ¿Mayor seriedad por parte de los anotadores? Bueno, parece que esta será un poco más difícil de implementar, porque los anotadores oficiales tienen la tendencia de “proteger” las estadísticas de sus jugadores. La nueva ley obliga a una supervisión y a una mayor seriedad por parte de los que llevan las estadísticas. Las reglas de la anotación deben seguirse al pie de la letra, y un mayor compromiso con la verdad se impone. Las victorias de los lanzadores, los juegos salvados, el carácter dudoso de algunos infield-hits y la delgada línea entre un “hit y error” y un doble, son elementos deben estar bien establecidos. Esta es una interrogante: no sabemos cómo evolucionará la anotación.
- Se impone la sabermetría o sabermétrica: Porque realmente se necesita mucha analítica para tener en cuenta ciertos aspectos a la hora de dar los premios. En ocasiones los seleccionados como Jugador Más Valioso, Guantes de Oro o en el Todos Estrellas no son los que realmente merecen la distinción, y los jugadores de equipos más promocionados, ganadores o televisados son los que tienen el privilegio, pues los demás, aunque con un mejor rendimiento, son un tanto “desconocidos”. No se ha dicho nada referente a la premiación de estas distinciones, pero esperamos que también tengan cierta bonificación.
- ¿Scouts de ligas extranjeras en estadios cubanos? Se habla de la contratación de deportistas por ligas o clubes extranjeros, siempre y cuando vengan a honrar los compromisos nacionales. Es muy posible que esto se derive en la presencia de scouts del Béisbol Profesional de Japón (NPB: Nippon Professional Baseball) o de la Organización de Béisbol de Corea (KBO: Korea Baseball Organization), algo que sin dudas aumentaría el nivel de los peloteros cubanos, pues se trata de circuitos mucho más fuertes que la Liga Mexicana, donde estuvieron Alfredo Despaigne, Michel Enríquez y Yordanis Samón. La presencia de los observadores, con el conocimiento de los atletas, hará que éstos se esfuercen más y luzcan mejor para buscar la atención o despertar el interés.
- ¿Más traspasos? Porque resulta que a partir de ahora, será primordial para un jugador tener presencia al menos en el 70 por ciento de los partidos. Siempre hay quien quiere permanecer en un conjunto ganador, pero en ocasiones a costa de ello sacrifican tiempo de juego. Habrá que revisar este acápite, porque considero que debería crearse también la “plaza” de bateador emergente, o reemplazo defensivo de modo tal que aquellos con funciones específicas dentro del conjunto, que verán además limitada la cantidad de partidos, tengan algún tipo de beneficio. Las especificaciones para el pitcheo de relevo están hechas, pero ¿y los jugadores de posición? La consecuencia de esto será, por supuesto, que los jugadores —quienes necesitan participación en al menos el 70% de los partidos del conjunto para ser bonificados con 5000 pesos— que no tienen mucha oportunidad de jugar en una provincia debido a la presencia de una estrella o un establecido en su posición, emigren hacia otra con deficiencias o carencias en la ya mencionada posición para jugar más tiempo y recibir más dinero. Las direcciones provinciales están en la obligación de entender esto, y proceder de la manera en que el jugador sea el mayor beneficiado.
- Cambios en el manejo del pitcheo: La nueva normativa habla de estimular con 5000 pesos a los lanzadores que lancen al menos 120 entradas y logren al menos diez victorias; así como a los relevistas con participación en 32 partidos y los cerradores con como mínimo diez rescates. Esto se contrapone a la limitación de lanzamientos impuesta por el reglamento de la Serie Nacional, pues algunos lanzadores rara vez pasan de la quinta entrada debido a que pitchean mucho. Incluso ganando 10 encuentros, dichos tiradores estarían bien comprometidos para llegar a los 120 innings establecidos para lograr la bonificación.
- No habrá partidos tomados a la ligera y habrá más profesionalidad, oficio y unión en los jugadores: En ocasiones, un jugador o varios jugadores totalmente desestimulados, sin mucho que ganar o perder, se tomaban un juego a la ligera, y parecía que no se estaban esforzando lo suficiente. A partir de ahora, todo contará, cada jugada, cada estadística, cada número, será de vital importancia. Nadie querrá perderse la oportunidad de ganar más dinero, o de recibir mayor remuneración. De este modo, todos los jugadores se tomarán muy en serio cada encuentro, y cada uno se concentrará en hacer su trabajo y hacerlo bien. Los equipos estarán formados por peloteros que estarán cada vez más unidos, todos en busca de un mismo objetivo: la corona.
- El final de las “piñitas”: Un mentor de equipo tendrá que padecer de un retraso mental avanzado para permitir que las “piñitas” o el “amiguismo” primen en su conjunto. A partir de ahora, cada partido vale —y vale dinero— por lo que si en algún momento a los timoneles no les importaba mucho si ganaban o no, ahora sí debe hacerlo. Un manager podrá mantener en la alineación a un “amiguito” mientras esté ganando, pero cuando este jugador se convierta en un lastre para la novena o en un peligro para las aspiraciones de victoria, será (o deberá ser) llevado a la banca por alguien con más deseos y mejores condiciones de aportar al triunfo. Hacerlo de otra manera podría resultar funesto.
- Aumento de la disciplina: Aún no se han divulgado todos los detalles, pero bien oculto por ahí debe andar —esperamos que sea así— un reglamento o parte de la regla con respecto a las indisciplinas y las expulsiones que debe establecer el pago de cuotas en forma de multas debido a la mala conducta en el terreno de juego. Si todo va a valer, todo TIENE que valer. Una indisciplina, un altercado, una falta de respeto a un oficial, debe repercutir en el bolsillo de los jugadores o mentores. De este modo, tendremos menos escenas desagradables en el terreno de juego. Por supuesto, en caso de que sea el árbitro quien cometa la infracción, él también debe sufrir las consecuencias.
- Disminución del “majaseo” o la “lloradera”: Como el tiempo de juego será importante para recibir remuneración, tendremos menos situaciones en las que los jugadores “enferman” o hasta “matan” a un familiar para perderse una o dos sub-series e irse de fiesta. Lo mismo sucederá con aquellos con tendencia a “sentirse mal” porque hace demasiado sol o simplemente porque no están de ánimos para jugar. Ahora todo lo que hagan o dejen de hacer va a repercutir en sus ingresos al final de la campaña… es su dinero y tendrán que cuidarlo ellos mismos.
- ¿Y sobre las lesiones? Aún no se ha dicho nada, pero alguna protección deben tener los atletas que sufran lesiones en un partido de béisbol, puesto a que ello constituirá, en cierto modo, un accidente de trabajo. Deberán tenerse bien en cuenta las circunstancias en que ocurrió la lesión, y la gravedad de la misma, pues no podemos darnos el lujo de que los atletas estén desprovistos de respaldo en caso de un incidente desafortunado.
- ¿Mayor seriedad a la hora de seleccionar a los miembros del equipo Cuba? Los miembros de la preselección del equipo Cuba recibirán también una bonificación de mil pesos. Esto debería traducirse en una mayor seriedad a la hora de seleccionar a los jugadores que deberían representar al país… pero no, esto no tiene ninguna posibilidad de suceder, al menos en el horizonte cercano. El seleccionador nacional es alguien que ubica a los jugadores en el equipo por puro capricho, y esto desgraciadamente juega con el destino del béisbol de una nación de 11 millones de habitantes. La situación podría revertirse, pero habrá que esperar para ver.
- Sin embargo, habrá una salida para los obviados, pues la contratación por parte de equipos de ligas extranjeras abrirá una puerta a aquellos que no caen en el espectro de simpatías de los seleccionadores nacionales, a pesar de tener mucha calidad. Esto va a traer como consecuencia que sean contratados los jugadores que de veras se han ganado el mérito, sin importar que estén en el equipo Cuba o no. Si la exigencia es que los jugadores estén presentes para las principales competencias del país (dígase Serie Nacional o eventos internacionales de cualquier tipo), es muy probable que tengan la oportunidad de participar en ligas como la japonesa y la coreana, torneos de alta duración que además están muy bien rankeados detrás de la MLB. No habrá posibilidad de contrato con las Grandes Ligas por el momento, pero no sabemos cómo el béisbol más poderoso del mundo pueda reaccionar ante esta nueva normativa del INDER. El hecho de que los jugadores reciban todo su salario y no un ínfimo por ciento (sujetos a la Ley Tributaria), provocará que aquellos contratados tengan un nivel de vida más elevado, y se sentirán mucho más estimulados y comprometidos.
- Un agente único en el INDER: Según lo que se estipula en la nueva medida, los atletas que puedan ser contratados por ligas foráneas contarán con la protección del INDER. Esto puede tener implicaciones positivas o negativas, dependiendo directamente de los escrúpulos de las personas encargadas de mediar entre el pelotero en cuestión y la liga o el club que esté interesado en sus servicios. Aún no sabemos si el jugador podrá escoger su destino —es decir, el equipo con el que va a jugar y las pautas de su contrato—, pero teniendo en cuenta que se dijo que los atletas no serían “tratados como mercancía”, es casi un hecho que éste intervenga directamente en las negociaciones. Está además el hecho de que su inexperiencia en estas cuestiones le haga cometer una tontería o tomar una decisión que a la larga sería perjudicial para su desempeño.
- Posibles demoras y papeleo en la contratación, y corrupción por parte de algunos inescrupulosos: La existencia de un agente único provoca que sea una misma institución la encargada de mediar entre pelotero cubano y organización extranjera, algo que no traerá complicaciones cuando se trate de uno o dos atletas, pero cuando haya clubes interesados en par de docenas de jugadores podría surgir un embotellamiento burocrático que ponga contra la pared al INDER y dé espacio a la corrupción por parte de algunos funcionarios —con el objetivo de agilizar los papeles. Una solución casi inmediata podría ser eliminar algunas trabas existentes (sobre todo relacionadas con papeleos inútiles) y convertir el proceso en algo más armonioso y ágil. De este modo, cuando haya varios jugadores en espera, digamos entre 15 y 25, se dé tratamiento al proceso de contratación de todos en menos de tres días.
- Eliminación del concepto de “confiable” y “no confiable”: El pésimo hábito de calificar de “confiable” y “no confiable” a un jugador debe llegar a su fin. A partir de la contratación de los servicios de un pelotero cubano por un club de una liga extranjera, ellos entran en una relación contractual con dichos clubes y en un compromiso con dichas ligas. Romper ese compromiso no le será nada fácil —o sensato, por así decirlo—, pues la MLB tiene convenios con todas las ligas excepto la cubana, y provocar un incidente como la absorción de un atleta puede poner en peligro estas relaciones. Digamos que perderían la posibilidad de fichar a peloteros como Yu Darvish, Ichiro Suzuki, Hisashi Iwakuma, Norichika Aoki, Koji Uehara, Shin Soo Choo o Hyun-jin Ryu. Por un solo pelotero no vale la pena romper un convenio que ha brindado varios talentos a la MLB en los últimos años. Los peloteros cubanos, por tanto, pasarán a ser todos confiables o este concepto se irá a bolina como papalote. Es ya un anacronismo referirse a los deportistas cubanos en esos términos.
- Del Clásico Mundial de Béisbol y otras competencias internacionales… A partir de ahora la WBC Inc. tendrá menos excusas para no pagar a los peloteros cubanos. Debido a las leyes del bloqueo económico y las regulaciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC: Office of Foreign Assets’ Control), los peloteros cubanos no han cobrado lo que ganaron durante su participación en los Clásicos Mundiales de 2009 y 2013 (recordar que el dinero del torneo inaugural en 2006 fue donado a las víctimas del huracán Katrina en New Órleans). Una de las principales excusas era que se trataba de dinero que iba a parar directamente a manos del Estado Cubano y que los atletas iban a recibir una cantidad despreciable —algo que es cierto. Sin embargo, ahora los atletas recibirán un 80% de las ganancias, los entrenadores un 15% y los especialistas un 5%. Todos se someterán a la Ley Tributaria (que tiene homólogos en todos los países del mundo, no es un invento de Cuba), pero la mayor parte del dinero permanecerá en su poder. Por tanto, a los organizadores del Clásico Mundial de Béisbol les quedan pocos argumentos para continuar con esta política hostil y pasada de moda. Los estímulos por ganar otras competencias podrían además provocar que los equipos cubanos que representen al país en el exterior se sientan con deseos de tener un mejor resultado.
- Sobre los que se han ido y el miedo a mencionar sus nombres en la TV: Un gran número de peloteros cubanos ha cruzado el mar para escapar hacia otro país o se ha fugado de alguna delegación que participaba o se aprestaba a participar en un torneo beisbolero. No se ha dicho nada al respecto, pero una vez que comience la contratación de peloteros por otras ligas, es muy probable que cubanos y cubanos comiencen a verse las caras con bastante frecuencia, pues los peloteros de la Isla están dispersos por todo el planeta. Aún no se ha dicho nada respecto a los que ya no están, pero no sería nada descabellado evaluar la posibilidad de un acercamiento, pues después de todo se trata de peloteros cubanos, dondequiera que estén. Por tanto, el miedo a mencionarlos en la televisión —sobre todo cuando tienen éxito— debería ir desapareciendo poco a poco, aunque es poco probable que esto suceda y podamos verlos en acción en la Gran Carpa. Por otra parte, está la existencia del Clásico Mundial de Béisbol, y aunque la integración del equipo cubano para el próximo certamen deberá basarse mayormente en aquellos que permanecen en Cuba jugando la Serie Nacional, no sería descabellado contar con uno o dos de estos atletas que participan en la MLB. ¿Yoenis Céspedes? ¿Yasiel Puig? ¿el mismo José Dariel Abreu? Nadie sabe…
Tomado de Universo Béisbol
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