Tomado de Cubadebate
Una nueva investigación de la agencia Associated Press
publicada este domingo ha revela un programa encubierto del gobierno de Barack
Obama, para enviar en a jóvenes latinoamericanos a Cuba con fines de subversión
política.
Esto ocurrió después de la captura del contratista Alan
Gross, lo que significa que tales programas no se detuvieron a pesar del
terremoto político que generó el encarcelamiento de este empleado del gobierno
de EEUU.
Utilizando como cobertura la supuesta ayuda a programas de
salud, en realidad viajaron a la Isla para propiciar un cambio político, en
“una operación clandestina que puso a los extranjeros en peligro”, asegura AP.
Iniciado a principios de octubre de 2009, el proyecto a
cargo de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) envió a
Cuba a jóvenes de Venezuela, Costa Rica y Perú “con la esperanza de incentivar
una rebelión”.
Los viajeros trabajaron de manera encubierta, a menudo
haciéndose pasar por turistas, y viajaron alrededor de la isla intentando
identificar a personas que podrían convertirse en activistas políticos, añade
la agencia.
En un caso, los agentes organizaron un taller de prevención
del VIH que, de acuerdo con los memos a los que accedió AP, eran “la excusa
perfecta” para los objetivos políticos del programa -una táctica que podría
socavar los esfuerzos de Estados Unidos para mejorar la salud a nivel mundial,
asegura la agencia.
Pero sus esfuerzos estaban plagados de incompetencia y de
riesgo, de acuerdo con la investigación de The Associated Press. Estos agentes
recibieron un seminario de 30 minutos para “evadir la inteligencia cubana” y no
parecía haber ninguna red de seguridad para estos agentes sin experiencia en
caso de que fueran capturados, dice la agencia.
Entre los documentos que obtuvo AP, uno aseguraba: “a pesar
de que nunca hay total certeza, puedes tener confianza de que las autoridades
no van a tratar de hacerte daño físicamente, sólo te van a asustar… Recuerda
que el gobierno cubano prefiere evitar los informes negativos de los medios en
el extranjero, por lo que un extranjero golpeado no es conveniente para ellos.”
En total, casi una docena de latinoamericanos fueron
utilizados en este programa contra Cuba, por un salario de 5.41 dólares la
hora.
La AP demostró que la USAID y su contratista, Creative
Associates International, continuaron los programas subversivos contra Cuba, a
pesar de que los funcionarios estadounidenses dijeron en privado que habían
considerado suspender los viajes a Cuba tras la detención del contratista Alan
Gross, quien permanece encarcelado luego de introducir en la Isla tecnología
ilegal bajo las órdenes del gobierno de EEUU.
Este es un programa adicional al llamado “Twitter cubano”,
conocido como ZunZuneo, puesto en marcha por la USAID en 2009 y descubierto por
la AP en abril. El Inspector general de la USAID está investigando ese
programa, que terminó en septiembre de 2012.
Las autoridades estadounidense afirmaron que la USAID
organizó programas “discretos”, como ZunZuneo para aumentar el flujo de
información. Pero la investigación anterior de la AP encontró que el ZunZuneo
era de naturaleza política y manipuló a los abonados sin saber que el servicio
estaba pagado por el gobierno de EE.UU. con objetivos de cambiar el régimen en
la Isla
Tanto este programa de agentes viajeros como el ZunZuneo
forman parte de un esfuerzo de varios millones de dólares de la USAID para
efectuar el cambio en países políticamente incómodos para Washington, y los
datos del gobierno así lo demuestran, asegura AP.
Pero los programas examinados por la AP no parecían lograr
sus metas y han operado bajo un organismo cuya fachada es la ayuda
internacional, pero que en realidad se ocupa también de operaciones
clandestinas. La CIA se comprometió recientemente a dejar de utilizar los
programas de vacunación para reunir información de inteligencia, como el que
ejecutó en Pakistán, supuestamente dirigido contra Osama bin Laden.
El programa de los agentes viajeros comenzó con el gobierno
del Presidente Barack Obama, que inició su mandato asegurando un “nuevo
comienzo” con Cuba, después de décadas de desconfianza, lo cual plantea
interrogantes sobre si la Casa Blanca en realidad tiene una política coherente
hacia isla, añade AP.
Sobre la base de documentos y entrevistas, la AP encontró
que el programa de los viajeros utilizó tácticas espionaje para ocultar las
actividades de los agentes. Por ejemplo tenían códigos para comunicarse: “me
duele la cabeza” significaba que sospechaban que estaban siendo monitoreados
por las autoridades cubanas; “tu hermana está enferma” era una orden para
acortar el viaje.
“Nos las ingeniamos para que el gobierno de aquí no supiera
que estábamos viajando a Cuba y ayudando a esos grupos” dijo Yajaira Andrade,
una ex funcionaria de una organización venezolana. “Porque fue entonces cuando
el Presidente Hugo Chávez estaba en el poder y si él hubiese sabido acerca de
nosotros – que algunos venezolanos trabajábamos para provocar rebelión – nos
hubiesen llevado a la cárcel.
Para evadir a las autoridades cubanas, los viajeros
instalaban contenidos de aspecto inocente en sus computadoras portátiles para
ocultar la información sensible que llevaban. También utilizaron memorias flash
cifradas para ocultar sus archivos y enviar mensajes de correo electrónico
cifrados, un sistema que podría haber despertado sospechas.
Es ilegal en Cuba, como en el resto del mundo -incluido
EEUU- operar bajo la orden de programas para un cambio de régimen pagados desde
el extranjero. Sin embargo, se mantuvo y los contratos se firmaron días después
de la detención de Gross.
“Arrestaron a un contratista de otra agencia. Eso podría ser
peligroso”, decía un mensaje por Skype que se intercambiaron dos trabajadores
del proyecto. “Gracias a Dios que él no es de los nuestros.”
Los documentos muestran que Creative Associates aprobó que
los agentes viajeros llevaran dinero en efectivo para los contactos cubanos,
pero no podían decir que los fondos provenían del gobierno de los EE.UU..
Héctor Baranda quien era un estudiante universitario en Cuba
cuando se hizo amigo de un grupo de viajeros venezolanos, dijo que le
sorprendió escuchar de la AP que ellos trabajaban para el gobierno de Estados
Unidos y que habían hecho un perfil de Baranda.
“¿Cómo te sentirías si ofreces tu amistad sincera y recibes
este tipo de noticia?” preguntó Baranda.
El proyecto de agentes viajeros a Cuba fue financiado con el
mismo dinero federal que pagó por el programa ZunZuneo. Pero USAID aún tiene
pendiente darle a AP una copia completa de los contratos cubanos bajo la Ley de
Libertad de Información que se introdujo hace más de tres meses atrás.
“Propiciar una
rebelión”
Mientras Murillo y otros viajeros costarricenses se
centraron en montar el taller de prevención de VIH y otros programas, los
jóvenes viajeros venezolanos y peruanos fueron enviados a las universidades de
Cuba. Su misión, según documentos y entrevistas, era reclutar a estudiantes con
el objetivo a largo plazo de que se volvieran en contra de su gobierno.
A finales de 2009, Creative Associates contrató a la abogada
venezolana Zaimar Castillo, que entonces tenía 22 años, y que dirigía una
organización llamada Renova. Castillo declinó hacer cualquier comentario pero
la administradora pasada de la organización, Yajaira Andrade, dijo que ella y
otras fueron llevadas a San José, Costa Rica, para recibir cursos de
entrenamiento.
“Nos dieron una semana de cursos para decirnos que era lo
que íbamos a hacer, y cómo lo íbamos a hacer”, dijo Andrade, que se autodenominaba
como la “mamá” de las jóvenes activistas.
Crearon una cuenta bancaria en Panamá, un paraíso para la
banca anónima, para que la organización recibiera su pago en dólares.
El 24 de abril, tres trabajadores de Renova aterrizaron en
La Habana para una visita prevista para un mes. La historia que les iba a
servir de “fachada”, según un documento interno, era que viajaron a la isla a
visitar a amigos que tenían en Cuba.
“Es fundamental que ellas no se obsesionen”, dijo en tono de
advertencia un gerente de Creative Associates en una conversación en Skype. “De
lo contrario, en el terreno se van a paralizar… o se van a traicionar entre
ellas… y ambas cosas serían fatales”.
Los venezolanos visitaron las residencias estudiantiles en
el campus de una universidad en Santa Clara y viajaron los fines de semana a
conocer a las familias de los estudiantes. Otro grupo de jóvenes peruanos,
independiente de éste, fue enviado a esa universidad en Santa Clara.
En una bitácora de viaje que se lee como un informe de
inteligencia, los venezolanos describieron a los alumnos y las instalaciones
del campus con mucho detalle y tomaron nota de sus quejas y presuntos problemas
de equidad que podrían ser utilizados. Los estudiantes que podrían reclutarse
fueron listados por nombre, luego se les elaboró un perfil y sus cualidades
como líderes se evaluaron en una hoja de Excel.
Luego, el reporte pasó a describir la cultura política de la
universidad, enumeró el rol de la Juventud Comunista, que buscaba a los mejores
y más brillantes para nombrarlos en cargos en el Partido Comunista después de
graduados. Las quejas de los alumnos también fueron detalladas: mala comida,
servicio de agua y electricidad intermitentes, goteras en los techos. Los
estudiantes temían al estado, de acuerdo con la bitácora, no estaban
satisfechos con su realidad económica, pero igualmente no querían involucrarse
en acciones contra su gobierno.
El hecho de que los estudiantes constantemente criticaran al
gobierno, dice uno de los informes, “nos asegura tener beneficiarios con la
mente clara en cuanto a los objetivos que perseguimos”.
Después de visitar dos universidades en dos ciudades, los
consultores venezolanos identificaron a un “grupo-meta (grupo objetivo)” que
estaría opuesto al gobierno y que tenía habilidades organizativas, pues
organizaron actividades como un campamento y un “festival universitario”, según
muestran documentos.
“Ellos estaban haciendo su grupo, y había un grupo de 30
personas, hubo un grupo de científicos jóvenes, de universidad, para dar la
rebelión contra el gobierno”, dijo Yahaira Andrade, la administradora de
Renova.
No hay evidencia de si los objetivos políticos se
realizaron. De hecho, los estudiantes cubanos contactados dijeron en
entrevistas realizadas recientemente con la AP que se sorprendieron al
descubrir que sus amigos extranjeros estaban actuando en representación del
gobierno de Estados Unidos.
“Eran nuestros amigos”, dijo el cubano Héctor Baranda, quien
encabezaba la lista de los posibles rebeldes que habían hecho los venezolanos.
Baranda cree que el grupo de venezolanos confundió el
quejarse del estado de las cosas, típica del pueblo cubano, con el asumir
tendencias disidentes. “El cubano siempre dice ‘ahhh’ siendo grandes o pequeños
(los problemas)”, dijo Baranda.
Los cubanos se dan
cuenta
Cuba considera subversivas todas las actividades de
promoción del cambio de régimen por parte de USAID, castigables hasta con diez
años de prisión. Para los viajeros era una actividad peligrosa.
Con el tiempo, Creative Associates ajustó su estrategia de
seguridad: abandonó el uso de discos portátiles de memoria cifrados con la
palabra obviamente reveladoras como “Ironkey”, que constituía casi una
confesión para los agentes de seguridad del aeropuerto. Se alentó a los
viajeros a archivar en sus computadoras portátiles fotos e información personal
para ocultar el material de la misión.
En caso de un arresto, el nombre de Creative Associates no
se mencionaría, decía un reporte, y los jóvenes viajeros debían contactar a la
embajada de su país en Cuba.
Si los interrogaban, Creative Associates aconsejó a los
viajeros que se mantuvieran relajados. Debían recordar que “nada de lo que
usted ha hecho durante su viaje es ilegal, de ninguna manera, en ninguna
sociedad democrática y abierta. De esa manera, logrará mantener una apariencia
calmada durante el interrogatorio”.
Pero a pesar de esfuerzos por ocultar sus intenciones, para
finales del 2010 había señales de que las autoridades cubanas estaban dándose
cuenta de lo que ocurría.
Un oficial de seguridad le preguntó a Murillo, el
costarricense, sobre el origen del financiamiento del proyecto. Creative
Associates concluyó que el interrogatorio “no deja duda sobre el interés que
generaron en la policía estatal”.
Peor aún, un informe de seguridad de diciembre sugirió que
las autoridades cubanas se habían dado cuenta que Estados Unidos estaba usando
a jóvenes en vez de a los miembros conocidos de la oposición que ya son
mayores.
Cuando un cubano preguntó a uno de los viajeros por qué
estaba interesado en su país, el joven le respondió que su organización
trabajaba en muchos países.
“Por supuesto, esto no es exacto”, indicó un informe. Si las
autoridades cubanas verificaban los hechos, habrían conocido que era una
mentira.
El tres de septiembre de 2010, Irving Pérez, un gerente de
Creative Associates, convocó a una reunión por Skype para anunciar un cambio de
estrategia.
“Nuestro programa no va a impulsar más viajes a la isla, o
al menos no como columna vertebral de la operación”, dijo Pérez a los viajeros
en la charla por Skype. Varias de las asignaciones de fondos se eliminarían,
entre ellas la de los venezolanos.
En vez de viajar a Cuba, ellos tratarían de ayudar a ciertos
“contactos estrella” cubanos a que recibieran una visa de salida y capacitarlos
en otro país. Los “beneficiarios” cubanos que quedaban en la isla recibirían
pagos en efectivo para financiar las actividades de reclutamiento.
Subcontratistas de Creative Associates llevarían el dinero a la isla usando
“mulas”, término adoptado del narcotráfico.
Ellos “tratarían de manejar el proyecto a control remoto”,
explicó Pérez.
Pero esa estrategia tenía sus peligros.
Un ataque al corazón
Durante un mes, Pérez le había estado pidiendo un informe a
un par de estudiantes universitarios cubanos, pues estaba ansioso por presentar
sus documentos a USAID.
Los alumnos estaban usando el sistema de correo electrónico
cifrado Hushmail, lo que pudo haber sido una señal de alerta para las
autoridades cubanas.
“Tenemos razones para creer que han estado bajo fuertes
presiones de las autoridades universitarias”, dice un informe de Creative
Associates. “No se recomienda en este momento que se trate de contactarlos
nuevamente”.
La asignación de fondos a los costarricenses se acabó con el
tercer viaje de Murillo a la isla en junio de 2011. Creative Associates quería
que Murillo entregara dinero, compilar reportes y ayudar a solicitar las visas
de salida. A los jefes del proyecto en San José les preocupaba que Murillo
fuera indiscreto. “¿Por qué no usan Hushmail?”, se lamentó uno.
Para entregar el dinero, los contratistas discutieron la
posibilidad de enviarlo con familiares de Murillo. Uno de los gerentes del
proyecto en San José escribió: “hay que recordar que la ‘mula’ no sabe
exactamente para qué es ese dinero ni de dónde proviene”.
Al final, la “mula” era un amigo de infancia de Murillo,
quien contó su experiencia a la AP en una entrevista con la condición de no ser
identificado. El amigo, quien vive en San José, dijo que su asociación con la
agenda política de USAID en Cuba podía poner en peligro su empleo.
Explicó que su capacitación de seguridad la hizo por Skype y
demoró media hora. “Se me aclara que tengo que tener cuidado porque el dinero
que llevamos es gringo”, dijo.
Después de llegar a La Habana, Murillo y su amigo viajaron a
Santa Clara a reunirse con el grupo artístico “Revolución”. Uno de los
integrantes, no Barbosa, les dijo que le entregaran el dinero que llevaban,
dijo.
“Nos amenazó directamente con que si no le dábamos el dinero
iba a las autoridades a denunciarnos”.
Murillo declinó comentar al respecto.
Preocupados, los viajeros se apresuraron a regresar a La
Habana, e invocando uno de los códigos de seguridad desde un hotel, abandonaron
el proyecto. El amigo estaba aterrorizado.
Todos los documentos del programa se pueden descargar aquí: http://apne.ws/UxJ05x
Descargue el documento obtenido por AP en PDF (1,8 Mb)
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