Me mueve a escribir el hecho de que muy pronto ocurrirán
acontecimientos graves. No transcurren en nuestra época diez o quince años sin
que nuestra especie corra peligros reales de extinción. Ni Obama ni nadie
podría garantizar otra cosa; lo digo por realismo, ya que solo la verdad nos
podría ofrecer un poco más de bienestar y un soplo de esperanza. Hemos llegado
en materia de conocimientos a la mayoría de edad. No tenemos derecho a engañar
ni a engañarnos.
En su inmensa mayoría la opinión pública conoce bastante
sobre el nuevo riesgo que está a sus puertas.