Apenas tenía 8 años cuando mi centenaria bisabuela, Mamá Zoila, dijo que Fidel era "el hombre más grande del mundo". En ese momento no podía comprender del todo, el porqué de su afirmación; sin embargo, sus palabras quedaron profundamente grabadas en mi mente.
Mucho tiempo ha pasado desde entonces. He leído muchos artículos, libros; he visto muchos audiovisuales dedicados al querido Comandante en Jefe de la Revolución, y la de mi bisabuela me sigue pareciendo la más sencilla y, a la vez, más genial de las frases con las que se ha intentado definir a Fidel.
Hoy, cuando en Cuba, Latinoamérica, y otros distantes parajes del mundo, se ha celebrado su 87 cumpleaños, no podía menos que escribir mi homenaje a quien considero ejemplo supremo de humanismo y altruismo.
Gracias, Fidel, por tomar por asalto la Historia hace 60 años; por hacer de Cuba "la Isla de la Libertad"; por enseñarnos que ninguna obra humana es perfecta, pero que podemos mejorarla, haciendo cada uno lo que nos corresponde.
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