Por Maryla García y Leandro Rosal
Estelí, Nicaragua.- Los cálidos y prolongados abrazos dieron
testimonio de los lazos de amor indestructible forjados durante años en los que
dejaron de ser alumnos y profesores,
para convertirse en una gran
familia cubano-nicaragüense.
El primer encuentro -en esta ciudad- entre el grupo de educadores
cubanos y sus antiguos pupilos, se produjo en la sede de la Universidad Nacional
Autónoma de Managua-Facultad Regional Multidisciplinaria Estelí (UNAM/FAREM).
A las muestras de cariño, se sucedieron las preguntas
sobre lo vivido hasta el momento durante periplo que comenzara el 28 de
noviembre, con la llegada a tierra nica del contingente antillano, conformado
por una docena de profesores y otros trabajadores de las escuelas de becarios
en la Isla de la Juventud.
Tas el fraterno intercambio, se produjo la bienvenida
oficial, durante la cual los representantes de la FAREM y el Comité de
Solidaridad con Cuba en Estelí destacaron el fortalecimiento de los vínculos de
hermandad entre ambas naciones; así como el compromiso de sus respectivos
gobiernos con la integración latinoamericana, la justicia social y el desarrollo
sostenible.
Los visitantes: santiagueros, artemiseños, capitalinos, pineros, recibieron diplomas de
reconocimiento Y expresaron su
satisfacción al ver germinar los frutos de su labor en médicos, abogados,
maestros…, que hoy son protagonistas de un nuevo amanecer en la tierra de
Sandino.
ANÉCDOTAS,
EMOCIONES, NOSTALGIA
Desde el inicio de
esta travesía, el profe Javier Rodríguez – quien prefiere ser llamado
“Machuca”, como le apodó uno de sus hijos nicas – va de emoción en emoción, y
de sorpresa en sorpresa.
Para este santiaguero de pura cepa, fueron de especial
significado las visitas a las casas de Sandino, Rubén Darío y el comandante
Carlos Fonseca, donde se sintió más cercano al latir de la nación pinolera.
“También fue impresionante la escalada al volcán Masaya,
navegar por el lago Managua y ver de cerca la erupción del Momotombo”.
Pero sin dudas los momentos más emocionantes fueron el
encuentro con el alumno que le bautizó como Machuca y con la otra hija que ganó
hace años en Cuba y sus nietos nicaragüenses.
Hasta el 5 enero se extenderá este viaje, que transita
por los senderos del amor y la solidaridad, auspiciado por la Asociación Amigos
de Cuba, integrada por los antiguos becarios de escuelas ubicadas en la Isla de la
Juventud.
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