CNN en español y
CNN en inglés son las cadenas más controvertidas de televisión, con sede en los
EE.UU. que cubren la política en América Latina y el Caribe. Por ejemplo,
acerca del tema actual de la censura a teleSUR en la Argentina, Adolfo Pérez
Esquivel, premio Nobel de la Paz escribió: “Es censura a favor de CNN.”
Durante la visita del presidente Obama a Cuba,
transcurrida del 20 al 22 de marzo de 2016, el tema de los supuestos “presos
políticos” cubanos fue el centro de atención por 24 horas, al menos, en las
relaciones Cuba-EE.UU. en la mayoría de los medios internacionales masivos de comunicación.
Varios representantes de cadenas extranjeras televisivas estuvieron instalados
en un piso del emblemático edificio Lonja del Comercio (la antigua Bolsa de Valores
previa a la Revolución Cubana) con vista a la Habana Vieja. En los estudios de
televisión un zumbido cacofónico de frases sobre los presos políticos emanaba
de las bocas de los reporteros. Era como si la expresión “Obama en Cuba” se hubiera
convertido en sinónimo de “presos políticos”. La única excepción era teleSUR
basada en Caracas.
¿Cómo ocurrió esto? En la rueda conjunta de prensa
ofrecida el 21 de marzo por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, el
presidente Obama, refiriéndose a las conversaciones con el gobierno cubano, declaró
lo siguiente:
“Al mismo tiempo —lo que hacemos
cuando viajamos por el mundo entero—, quedó claro que Estados Unidos seguirá
hablando, defendiendo la democracia, incluyendo el derecho que tiene el pueblo
cubano de decidir su propio futuro. También lo haremos a favor de los derechos
humanos universales, el derecho de
expresión y culto...”
El tono de las declaraciones del presidente
estadounidense formuladas en una alocución muy diplomática, no fue abiertamente
hostil ni incluyó acusaciones de ese tipo contra el gobierno cubano. Tampoco hubo
mención de presos políticos. Se puede decir, como lo hizo el mismo Obama, que este
es el discurso esencial de los EE.UU. en la relación con ciertos países. Sin
embargo, el sermoneo arrogante de la Casa Blanca a Cuba acerca de la democracia
y de los derechos humanos, como muchos colegas cubanos justificadamente
consideran que deberían ser calificados, se basan en las nociones exclusivas de
los EE.UU. sobre la democracia y los derechos humanos. Con frecuencia son
dirigidas arbitrariamente a algunos países tercermundistas con diferente
énfasis y prioridades dependiendo de la afinidad de esos países con la política
de relaciones exteriores de los EE.UU.
Tras las alocuciones de los dos jefes de estado en la rueda
conjunta de prensa, se pasó a las preguntas procedentes de un contingente numeroso
de periodistas extranjeros y cubanos. Obama reconoció inmediatamente la fuente
de la primera pregunta: la formulaba Jim Acosta, el corresponsal de la CNN en
inglés en la Casa Blanca. Tal como Acosta indicó en su introducción a la
pregunta dirigida a Raúl Castro, él es cubanoamericano y sus padres salieron de
Cuba. Desde el punto de vista del corresponsal, dicho preámbulo podía servir de
pasaporte para hacer cualquier pregunta. Esto dio lugar al interrogatorio a
continuación, a pesar de que el reportero carece prácticamente de conocimientos
sobre Cuba, circunscrito a sus conceptos profundamente arraigados en las ideas preconcebidas
de los EE.UU. sobre Cuba.
Según la transcripción oficial de la Casa Blanca, Obama completó sus
comentarios como sigue:
“Muchas gracias.
Primera pregunta, Jim Acosta.”
Acosta dirigió su
primera pregunta a Barack Obama y luego preguntó a Raúl Castro:
“Presidente Castro: Mi padre es cubano y se fue a Estados Unidos cuando era
muy joven. ¿Ve una dirección nueva y democrática para su país? ¿Por qué tiene
prisioneros políticos cubanos y por qué no los suelta?”
La respuesta del
presidente Raúl Castro fue la siguiente:
“Dame la lista ahora
mismo de los presos políticos para soltarlos. Menciónala ahora, ¿qué presos
políticos? Dime el nombre o los nombres. O cuando concluya la reunión me
da una lista de los presos. Y si hay
esos presos políticos, antes de que llegue la noche va a estar sueltos”.
Esta pregunta y su respuesta circularon prácticamente por
todo el mundo como si fuera un titular de noticia, pero estas se centraron
principalmente en EE.UU. como protagonista en Cuba. Las ondas radiales y
televisivas y la prensa estaban congestionadas con esta polémica. El tema de
los presos políticos dominó completamente el conglomerado internacional de
noticias sobre Cuba, por al menos 24 horas.
Obama no tuvo que mencionar lo de presos políticos, lo cual
hubiera sido considerado por la Casa Blanca y por el gobierno de Cuba una
violación del protocolo y de la diplomacia en las negociaciones e intercambios a
puertas cerradas, una característica positiva de las nuevas relaciones
Cuba-EE.UU.. Para conveniencia del presidente Obama, fue el corresponsal de CNN
en la Casa Blanca quien dirigiera la pregunta; sin embargo, por el lenguaje
corporal de Obama y la expresión de su rostro, parecía estar muy satisfecho con
la pregunta.
¿Significa que esto ocurrió como resultado de la
colaboración entre la Casa Blanca y Acosta? Obama y Acosta se conocen muy bien.
El papel del corresponsal de la CNN lo lleva regularmente a la Casa Blanca,
además se le invita en muchas ocasiones a viajar con el presidente alrededor
del mundo. No obstante, a pesar de esta relación estrecha, ellos no necesitan tener
acuerdos conspiratorios.
Hace muchos años Noam Chomsky analizó esta dinámica en su
libro pionero titulado Manufacturing
Consent, basado principalmente en el estudio de los medios de comunicación estadounidenses.
El explicó que el monopolio de los medios masivos de comunicación se guía por
lo siguiente:
“la selección de un personal con
mente que coincide con el status quo y editores y periodistas profesionales que
interiorizan las prioridades y definiciones del interés periodístico al
coincidir con las políticas de la institución.”[i]
Esos periodistas saben exactamente
qué preguntar en las ruedas de prensa, qué escribir para difundir no solamente para
mantener sus trabajos como corresponsales sino además para ascender y lograr
ingresos más lucrativos y cargos de prestigio. Por ejemplo, si Acosta hubiera
preguntado al presidente de EE.UU. (en
la multitud de conferencias de prensa en la Casa Blanca que abordan un sin fin
de temas) acerca de los cientos de presos políticos en los EE.UU., ¿habría acompañado al presidente en su
viaje a La Habana? Si Acosta hubiera tenido la iniciativa y el interés en el
tema de los derechos humanos tal como se practica en los EE.UU., ni siquiera
hubiera sido “seleccionado”, tal como lo expresa Chomsky.
En un artículo anterior que escribí sobre la visita a
Cuba el 14 de agosto de 2015 de John Kerry, el Secretario de Estado, para izar
oficialmente la bandera de EE.UU. delante de la embajada reabierta de EE.UU.
como parte del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba. Uno de los presentadores más
prestigiosos de CNN, Jake Tapper, fue enviado a Cuba para cubrir el acontecimiento.
El artículo revela cómo prácticamente todos los informes televisivos
consistieron meramente en un rosario de palabras de moda de que Cuba es una
“dictadura” y “la tiranía de los hermanos Castro”. Por supuesto, esto fue amplificado
y repetido por otros presentadores en la sede de la cadena CNN en los EE.UU. al
relatar este acontecimiento.
No empero, para ser
justos, se debe admitir que no todos los reporteros de CNN tratan a Cuba con
una desinformación flagrante periodística, la cual se aproxima a la histeria.
Por ejemplo, Chris Cuomo, presentador de alto nivel en CNN, es el hermano de
Andrew Cuomo, gobernador actual del estado de Nueva York. El gobernador Cuomo
viajó recientemente a Cuba encabezando una delegación de altas figuras políticas
y de negocios. Por lo tanto él tiene relaciones buenas y respetuosas con el
gobierno de Cuba. Cuando en febrero de 2016 Chris Cuomo de CNN, cubrió la
visita del Papa Francisco a Cuba no se oyeron los vituperios de sus colegas en
CNN contra el gobierno de Cuba y “los Castro”. Además, Cuomo formó parte de una
delegación mayor de reporteros de CNN encargados de cubrir la visita de Obama. Quizá
podemos examinar en otra ocasión su reportaje, el cual contiene algunos
comentarios estereotipados e ingenuos (pero no demasiado agresivos) sobre el
sistema político de Cuba. Sin embargo, es suficiente escribir acerca del
momento en que se puso (como él dijo) una
guayabera tradicional cubana que Fidel Castro le dio a su padre Mario Cuomo, gobernador
del estado de Nueva York, 1983 ̶ 1994.
En cuanto al papel que Acosta desempeñó en La Habana en
marzo de 2016 y en otras circunstancias similares, que desgraciadamente parece
ser una característica principal de CNN, ¿qué conclusión podemos sacar? En
primer lugar, la relación entre CNN y la Casa Blanca puede considerase no que
CNN tiene un corresponsal en la Casa Blanca, sino por el contrario, que la Casa
Blanca tiene un corresponsal de confianza en CNN. Esta es una situación extraña
para un país que sermonea a los demás sobre la necesidad de contar con una “prensa
y periodistas independientes”.
En lo relacionado con los presos políticos, parecería que
ningún periodista, a conocimiento de este escritor, ha respondido al reto de
Raúl Casto de brindar hechos que apoyaran las acusaciones de Acosta. Dada que
la guerra mediática que EE.UU. libra contra el pueblo cubano es una noticia
continua, se espera que habrá más que decir sobre el tema.
*Arnold August es un periodista y conferencista canadiense, es el autor
de los libros Democracy in Cuba and the 1997–98 Elections y más recientemente, Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento. Los países vecinos a Cuba son, por un
lado, EE.UU. y por otro lado Venezuela, Bolivia y Ecuador. Se puede seguir a Arnold en Twitter: @Arnold_August . Su sitio web: www.lademocracia.com
Artículo traducido por Franklin Curbelo.
Adaptado del original inglés publicado en The Citizen, India
No hay comentarios:
Publicar un comentario