El Gobierno Revolucionario de la República de Cuba rechaza
enérgicamente el golpe de estado parlamenta rio-judicial que se ha consumado
contra la Presidenta Dilma Rousseff.
La separación del gobierno de la Presidenta, sin que se
presentara ninguna evidencia de delitos de corrupción ni crímenes de
responsabilidad, y con ella del Partido de los Trabajadores (PT) y otras
fuerzas políticas de izquierda aliadas, constituye un acto de desacato a la
voluntad soberana del pueblo que la eligió.
Durante los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma
Rousseff, se impulsó un modelo económico-social que permitió a Brasil dar un
salto en su crecimiento productivo con inclusión social, la defensa de sus
recursos naturales, la generación de empleo, el combate a la pobreza, la salida
de la miseria de más de 35 millones de brasileños que vivían en condiciones
inhumanas y la elevación del ingreso de otros 40 millones, la ampliación de las
oportunidades en la educación y la salud del pueblo, incluidos sectores hasta
entonces marginados.
En este período, Brasil ha sido un activo impulsor de la
integración latinoamericana y caribeña. La derrota del Acuerdo de Libre
Comercio para las Américas (ALCA), la convocatoria a la Cumbre de América
Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC) que llevó a la
posterior creación de la CELAC, y la constitución de UNASUR, son
acontecimientos trascendentales en la historia más reciente de la región que
demuestran el protagonismo de ese país.
Asimismo, su proyección hacia las naciones del Tercer Mundo,
en especial de África; su activa membrecía en el Grupo BRICS (Brasil, Rusia,
India, China y Sudáfrica) y su desempeño en el marco de la Organización de
las Naciones Unidas, la Organización de
las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la
Organización Mundial del Comercio, entre otras, consti-tuyen un reconocimiento
a su liderazgo internacional.
Merece elogio también la ejecutoria brasileña bajo los
gobiernos del PT en temas cruciales de la situación internacional en defensa de
la paz, el desarrollo, el medio ambiente y los programas contra el hambre.
Son ampliamente conocidos los esfuerzos de Lula y Dilma por
reformar el sistema político y ordenar el financiamiento de los partidos y sus
campañas, así como en el apoyo a las investigaciones contra la corrupción que
fueron abiertas y a la independencia de las instituciones encargadas de ellas.
Las fuerzas que ahora ejercen el poder han anunciado medidas
privatizadoras sobre las reservas petrolíferas en aguas profundas y cortes a
los programas sociales. Igualmente, enuncian una política exterior que
privilegia las relaciones con los grandes centros de poder interna-cionales. No
pocos de quienes juzgan a la Presidenta están bajo investigación por actos de
corrupción.
Lo ocurrido en Brasil es otra expresión de la ofensiva del
imperialismo y la oligarquía contra los gobiernos revolucionarios y
progresistas de América Latina y el Caribe, que amenaza la paz y la estabilidad
de las naciones, contraviniendo el espíritu y la letra de la Proclama de
América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada en la II Cumbre de la
CELAC, en enero de 2014, en La Habana por los Jefes de Estado y de Gobierno de
la región.
Cuba ratifica su solidaridad con la Presidenta Dilma y el
compañero Lula, con el Partido de los Trabajadores, y expresa su confianza en
que el pueblo brasileño defenderá las conquistas sociales alcanzadas, se
opondrá con determinación a las políticas neoliberales que intenten imponerle y
al despojo de sus recursos naturales.
La Habana, 31 de agosto de 2016.
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