La Unión de Periodistas de Cuba ha conocido un informe de un
autodenominado Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), sobre la
“libertad de prensa en Cuba” que es de agradecer porque esclarece muchas cosas,
al mostrar como parte de un mismo coro a quienes desde distintas máscaras
trabajan para igual objetivo.
Los miembros del “board” del CPJ proceden en su totalidad de
las dos mayores agencias de prensa capitalistas y grandes corporaciones
mediáticas, las mismas que impusieron al mundo las mentiras que justificaron la
invasión a Iraq sobre la base de armas de destrucción masiva que nunca
aparecieron.
No sorprende entonces que sus informantes en Cuba, hayan
sido escogidos entre los colaboradores del embrión de la “libertad de prensa”,
entendida como libertad de empresa, financiada desde donde también se les
impone a los países del Sur, una sola manera de organizar su sociedad, su
economía y su participación política.
No es objetivo detenerse a enumerar las verdades a medias y
mentiras completas que contiene el tal informe, cuyo destinatario es nada más y
nada menos que ese instrumento de intervención estadounidense en Nuestra
América, que es la Organización de Estados Americanos (OEA). Solo apuntar que
ese texto soslaya los efectos de la política de bloqueo estadounidense en
nuestros medios de comunicación y en el acceso de nuestro pueblo a Internet;
silencia los fondos multimillonarios -que sobrepasan más de cuatro veces los
presupuestos de todos los medios de comunicación cubanos juntos-, destinados a
construir una prensa al interior de nuestro país, con asalariados al servicio
de Washington, y calla que, en Cuba, ni aún quienes trabajan para esa
estrategia, sufren la violencia y la judicialización de la censura que se
ejerce contra muchos colegas en nuestro continente cuando se enfrentan a los
poderes fácticos, de los que el CPJ es muchas veces cómplice.
El hecho de que esto tenga lugar a pocas semanas de
efectuarse nuevamente la votación en la Asamblea General de la ONU contra el
bloqueo y también en vísperas de que Cuba vuelva a presentar su candidatura al
Consejo de Derechos Humanos de ese organismo,
y que este viernes se celebre el segundo diálogo bilateral Cuba-Estados
Unidos sobre derechos humanos, revela cuáles son las verdaderas intenciones de
este “informe”.
Si queda algún confundido, si alguna persona honesta cree
ingenuamente en la buena fe del sistema de medios privados, que a base de
dinero y mentiras han tratado de construir hacia dentro de la Isla, confiamos
en que esta maniobra sucia les abra los ojos sobre sus verdaderos objetivos:
dar falso testimonio y crear las bases para fundamentar nuevas agresiones a la
Revolución, así como generar presiones contra nuestro país en aras de debilitar
su postura en el proceso hacia la normalización de las relaciones con los
Estados Unidos y la Unión Europea.
Los periodistas cubanos tenemos mucho trabajo por hacer,
muchos problemas por enfrentar, pero aquellos que quieran utilizarnos para
dañar la independencia y la dignidad que hemos conquistado como pueblo no
podrán contar con nosotros. Estamos dispuestos al diálogo y a la confrontación
profesional, mas no a identificarnos con los que a sueldo de intereses
extranjeros quieren llevarnos a un modelo de prensa que, en manos de dueños y
anunciantes, extirpa a las mayorías su derecho a la expresión. Eso es una
ofensa inaceptable.
En estos días hemos estado y estaremos junto a nuestro
pueblo informando veraz y oportunamente
sobre el huracán Matthew y la estrategia solidaria para enfrentar sus
afectaciones, no dando pretextos para nuevas agresiones ni –como ya hacen
algunos de los informantes del citado Comité para la Protección de Periodistas-
mendigando dólares para, al amparo del morbo más ruin, lucrar con una desgracia
que nunca nos será ajena.
Presidencia Nacional de la UPEC
Tomado de Cubaperiodistas
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