Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba,
Bruno Rodríguez Parrilla en el 72 Período de Sesiones de la Asamblea General de
la ONU. Nueva York, 22 de septiembre de 2017.
Señor Presidente;
Señor Secretario General:
Le confirmo el apoyo de Cuba en su labor al frente de la
Secretaría de la Organización de las Naciones Unidas como garante y defensor de
la paz internacional.
Señores Jefes de Estado y de Gobierno;
Distinguidas delegadas y delegados:
Expreso sinceras condolencias, extensivas a los familiares
de los fallecidos y a los damnificados, y nuestra disposición a incrementar la
cooperación, dentro de nuestras modestas posibilidades, a los hermanos pueblos
y gobiernos de Dominica y Antigua y Barbuda, pequeñas islas que sufrieron
terrible destrucción; a República Dominicana, Puerto Rico, Saint Martin, Sint
Maarten, Islas Vírgenes y Anguila debido a los huracanes Irma y María.
Llamo a la comunidad internacional a dar toda la prioridad y
movilizar recursos para ayudar a los pequeños estados y territorios insulares
del Caribe devastados.
Reciban entrañables sentimientos de solidaridad de Cuba, el
pueblo y gobierno mexicanos, en especial los familiares de las víctimas y los
damnificados por ambos terremotos, a quienes reiteramos la disposición a
asistir a la población y a la recuperación de los daños con nuestros modestos
esfuerzos.
Hacemos llegar al pueblo de los Estados Unidos sentidas
condolencias a las familias de los fallecidos, y honda simpatía a todos los
afectados por el huracán Irma.
Señor Presidente:
Traigo el testimonio del pueblo cubano que realiza un
colosal esfuerzo en la recuperación de los severos daños en las viviendas, la
agricultura, el sistema electroenergético y otros provocados por el huracán
Irma. Pese a ingentes medidas de
prevención, incluida la evacuación de más de 1,7 millones de personas y la
total cooperación de los ciudadanos, sufrimos 10 fallecimientos.
Los dolorosos daños a servicios y las pérdidas de bienes sociales
y personales, las privaciones ocasionadas a las familias por largas horas sin
electricidad o abasto de agua, acentuaron la unidad y solidaridad de nuestro
noble y heroico pueblo.
Se han repetido conmovedoras escenas de rescatistas
entregando una niña salvada a su mamá, un pequeño recogiendo de las ruinas un
busto de Martí, estudiantes ayudando a familias que no conocían, efectivos de
las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior haciendo los trabajos más
duros, dirigentes locales encabezando las tareas más difíciles.
El Presidente Raúl Castro Ruz, desde la zona más devastada,
emitió un llamamiento en el que escribió, y cito: “han sido días duros para
nuestro pueblo, que en solo pocas horas ha visto cómo lo construido con
esfuerzo es golpeado por un devastador huracán.
Las imágenes de las últimas horas son elocuentes, como también lo es el
espíritu de resistencia y victoria de nuestro pueblo que renace con cada
adversidad”.
A nombre del pueblo y gobierno cubanos, agradezco
profundamente las sentidas muestras de solidaridad y afecto de numerosos
gobiernos, parlamentos, organizaciones internacionales y representantes de la
sociedad civil.
Expreso honda gratitud ante los diversos ofrecimientos de
ayuda recibidos.
Señor Presidente:
Guardo viva y emocionada memoria de la imponente presencia y
de las ideas enormemente vigentes, expresadas en esta Asamblea, por el
Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz.
Agradezco, a nombre de nuestro pueblo y gobierno, los
sentimientos de respeto, afecto y admiración recibidos de todas las latitudes.
Señor Presidente:
El pasado martes, el presidente Donald Trump vino a
convencernos de que uno de sus propósitos es promover la prosperidad de las
naciones y de las personas.
Pero en el mundo real, ocho hombres poseen, en conjunto, la
misma riqueza que los 3 600 millones de seres humanos que integran la mitad más
pobre de la humanidad(1) .
En términos de facturación, 69 de las 100 mayores entidades
del mundo son empresas trasnacionales, no Estados(2) . Juntas, las 10 mayores corporaciones del
mundo tienen una facturación superior a los ingresos públicos de 180 países
sumados(3) .
Son extremadamente pobres 700 millones de personas(4) ; 21
millones son víctimas de trabajo forzoso(5) ; 5 millones de niños murieron en
2015 antes de cumplir cinco años, por enfermedades prevenibles o curables(6) ;
758 millones de adultos son analfabetos (7).
Ochocientos quince millones de personas padecen hambre
crónica, decenas de millones más que en 2015. Dos mil millones están
subalimentadas. De recuperarse el
precario ritmo de disminución de los últimos años, ahora interrumpido, 653
millones de personas seguirán hambrientas en 2030 y no sería suficiente para
erradicar el hambre en el 2050 .
Hay 22,5 millones de refugiados(9) . Se agravan las
tragedias humanitarias asociadas a los flujos de migrantes y su número crece en
un orden económico y político internacional claramente injusto.
La construcción de muros y barreras, las leyes y medidas
adoptadas para impedir las oleadas de refugiados y migrantes han demostrado ser
crueles e ineficaces. Proliferan
políticas excluyentes y xenófobas que violan los derechos humanos de millones
de personas y no resuelven los problemas del subdesarrollo, la pobreza y los
conflictos, causas principales de la migración y la solicitud de refugio.
Los gastos militares ascienden a 1,7 millones de millones de
dólares(10) . Esa realidad contradice a quienes alegan que no hay recursos para
acabar con la pobreza.
Pero la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible carece de
medios de aplicación, por egoísmo y falta de voluntad política de los Estados
Unidos y otros países industrializados.
¿Cuál es la receta milagrosa que nos recomienda el
presidente Trump, a falta de los flujos financieros del Plan Marshall? ¿Quiénes
pondrán ahora los recursos para ello? ¿Cómo puede esto reconciliarse con la
idea de los presidentes Reagan hace décadas y Trump ahora, de “América First”?
Ignora el Presidente de los Estados Unidos o tergiversa la
historia y presenta como objetivo una quimera.
Los patrones de producción y consumo propios del capitalismo son
insostenibles e irracionales y conducen, inexorablemente, a la destrucción del
medioambiente y al fin de la especie humana.
¿Acaso pueden olvidarse las consecuencias del colonialismo,
la esclavitud, el neocolonialismo y el imperialismo?
¿Las décadas de sanguinarias dictaduras militares en América
Latina pueden presentarse como ejemplo de un capitalismo exitoso?
¿Alguien conoce recetas de capitalismo neoliberal mejor
aplicadas que las que destruyeron las economías latinoamericanas en la década
de los ochenta?
Es imprescindible e impostergable que las Naciones Unidas
trabajen por establecer un nuevo orden económico internacional participativo,
democrático, equitativo e incluyente, y una nueva arquitectura financiera que
tomen en cuenta los derechos, necesidades y particularidades de los países en
desarrollo y las asimetrías existentes en las finanzas y el comercio mundial,
resultado de siglos de explotación y saqueo.
Los países industrializados tienen el deber moral, la
responsabilidad histórica y cuentan con los medios financieros y tecnológicos
suficientes para ello.
Ni siquiera para los ricos habrá la prosperidad que se
anuncia, sin detener el cambio climático.
Cuba lamenta la decisión del Gobierno de los Estados Unidos,
el principal emisor histórico de gases de efecto invernadero, de retirar a su
país del Acuerdo de París.
En el 2016, por tercer año consecutivo, se batieron los
récords de aumento de la temperatura media global, lo que confirma al cambio
climático como una amenaza a la supervivencia de la humanidad y el desarrollo
sostenible de nuestros pueblos.
Reiteramos nuestra solidaridad con los pequeños países
insulares en desarrollo, especialmente del Caribe y el Pacífico, que son los
más afectados por el cambio climático, para quienes reclamamos un trato justo,
especial y diferenciado. Apoyamos
también la atención prioritaria a las necesidades de África subsahariana.
Señor Presidente:
El gobierno de Estados Unidos ha venido a decirnos que,
junto a la prosperidad, los otros dos “bellos pilares” del orden mundial son la
soberanía y la seguridad.
Es responsabilidad de todos preservar la existencia del ser
humano frente a la amenaza de las armas nucleares. Un importante aporte al logro de ese objetivo
significó la histórica adopción y firma en el marco de esta Asamblea, del
Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que proscribe la
existencia, el uso y la amenaza del uso de esas armas, que tienen la capacidad
para aniquilar la especie humana.
Estados Unidos se opuso tenazmente a este tratado. Anunció
que empleará 700 mil millones de dólares en gastos militares y desarrolla una
doctrina nuclear y militar extremadamente agresiva, basada en la amenaza del
uso de la fuerza y en el empleo de esta.
Estados miembros de la OTAN atentan contra la paz y la
seguridad internacionales y el Derecho Internacional promoviendo intervenciones
militares y guerras no convencionales contra Estados soberanos.
Como señaló el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana,
Fidel Castro Ruz y cito: “cese la filosofía del despojo y desaparecerá la
filosofía de la guerra”.
Resulta cotidiana la imposición ilegal de medidas
coercitivas unilaterales y el uso de herramientas financieras, judiciales,
culturales y comunicacionales para la desestabilización de gobiernos y la
negación del derecho de libre determinación a sus pueblos.
Crece la militarización y el uso encubierto de las
tecnologías de la información y las comunicaciones para atacar a otros Estados,
mientras varios países desarrollados se oponen férreamente a la adopción de
tratados internacionales que regulen la cooperación para lograr un ciberespacio
seguro.
El Presidente estadounidense manipula los conceptos de
soberanía y seguridad en su exclusivo beneficio y en detrimento de todos,
incluidos sus aliados.
La tentativa de utilizar la amenaza militar y la fuerza para
detener la tendencia mundial irreversible al multipolarismo y policentrismo
provocará graves peligros para la paz y la seguridad internacionales que deben
ser defendidas y preservadas mediante la movilización internacional.
Los principios de igualdad soberana, respeto a la integridad
territorial y no injerencia en los asuntos internos de los Estados, deben ser
respetados. La Carta de las Naciones
Unidas y el Derecho Internacional no admiten ser reinterpretados.
La reforma de las Naciones Unidas debe proponerse como
objetivo esencial que esta responda a las necesidades acuciantes de los pueblos
y las grandes mayorías desfavorecidas.
El multilateralismo debe ser protegido y reforzado frente a los
intereses imperialistas de dominación y
hegemonía.
La democratización del Consejo de Seguridad, tanto en su
composición como en sus métodos de trabajo, es un objetivo impostergable.
El fortalecimiento de la Asamblea General y la recuperación
de las funciones que le han sido usurpadas, resulta imprescindible.
Señor Presidente:
El “patriotismo” que se invoca en el discurso de los Estados
Unidos es una perversión del humanismo, el amor y la lealtad a la Patria, y del
enriquecimiento y defensa de la cultura nacional y universal. Encarna una visión excepcionalista y
supremacista de ignorante intolerancia frente a la diversidad de modelos
políticos, económicos, sociales y culturales.
En los países desarrollados se agrava la pérdida de
legitimidad de los sistemas y partidos políticos y se incrementa el
abstencionismo electoral. La corrupción
legal o ilegal hace metástasis como es el caso extremo de los llamados
“intereses especiales” o pagos de corporaciones a cambio de beneficios, en el
país en que más dinero se gasta en campañas y donde paradójicamente se puede
ser elegido con menos votos populares que otro candidato o gobernar con un
apoyo ínfimo de los electores.
Es creciente e insólito el uso de la ciencia y la tecnología
para ejercer hegemonía, mutilar las culturas nacionales y manipular la conducta
humana, como en el caso del uso político y publicitario de las llamadas “big
data” o psicometría. Siete consorcios
occidentales controlan férreamente lo que se lee, ve o escucha en el planeta,
prevalece el monopolio de las tecnologías, la gobernanza de las redes digitales
es dictatorial y discriminatoria y, pese a las apariencias, la brecha digital
entre países ricos y pobres crece.
Se recortan las oportunidades y violan flagrante y
sistemáticamente los derechos humanos de jóvenes, migrantes y trabajadores.
Anteayer, el vicepresidente de los Estados Unidos Michael
Pence afirmó en el Consejo de Seguridad, con absurdo desconocimiento de sus
funciones y la pretensión de establecer nuevas prerrogativas, que este, el
Consejo de Seguridad, debería modificar la composición y los métodos del
Consejo de Derechos Humanos “que no merece su nombre”, según dijo, “porque una
clara mayoría de sus miembros no cumplen siquiera los más básicos estándares de
derechos humanos”, fin de la cita.
Supongo que el señor Pence no incluye en el caso a su propio país, que
lo merecería por su patrón de violaciones sistemáticas de derechos humanos como
el uso de la tortura, la detención y la privación de libertad arbitrarias, como
ocurre en la Base Naval de Guantánamo, el asesinato de afroamericanos por
policías, la muerte de civiles inocentes por sus tropas, la xenofobia y
represión de inmigrantes, incluso menores, y su escasa adhesión a instrumentos
internacionales.
Señor Presidente:
Reafirmamos nuestra más firme condena contra el terrorismo,
en todas sus formas y manifestaciones; y rechazamos los dobles raseros en su
enfrentamiento.
La impostergable búsqueda de una solución justa y duradera
al conflicto del Medio Oriente, se sustenta en el ejercicio del derecho
inalienable del pueblo palestino a la autodeterminación, y a disponer de un
Estado libre e independiente, dentro de las fronteras anteriores a 1967, con su
capital en Jerusalén Oriental.
La cuestión del Sahara Occidental requiere un esfuerzo de
conformidad con las resoluciones de Naciones Unidas, de modo que se garantice
al pueblo saharaui el ejercicio de la autodeterminación y se respete su
legítimo derecho a vivir en paz en su territorio.
Cuba reafirma su apoyo a la búsqueda de una solución
pacífica y negociada a la guerra en Siria, sin injerencia externa y con pleno
respeto a su soberanía e integridad territorial.
Se acrecientan los peligros a la paz y la seguridad
internacionales derivados de la ampliación de la presencia de la OTAN en las
fronteras de Rusia. Reiteramos nuestro
rechazo a las sanciones unilaterales e injustas impuestas a ese país.
Demandamos que se respete el denominado acuerdo nuclear con
la República Islámica de Irán.
Rechazamos la amenaza de destruir totalmente la República
Popular Democrática de Corea, donde viven 25 millones de seres humanos. La guerra no es una opción en la península
coreana, amenazaría la existencia de cientos de millones de personas en esta y
en los países vecinos y conduciría a una conflagración nuclear de consecuencias
impredecibles. Solo a través del diálogo
y las negociaciones se puede lograr una solución política duradera, que debe
tener en cuenta las preocupaciones legítimas de todas las partes involucradas. Apoyamos la desnuclearización total de la
península coreana, sin injerencia extranjera, con total respeto a la igualdad
soberana e integridad territorial de los Estados y con estricto apego al
principio del no uso, ni la amenaza del uso de la fuerza.
Señor Presidente:
Nuevas amenazas se ciernen hoy contra la paz y la estabilidad
en América Latina y el Caribe, en abierto irrespeto a la “Proclama como Zona de
Paz”, firmada en La Habana por los Jefes de Estado y de Gobierno de nuestra
región, en enero de 2014, en ocasión de la II Cumbre de la Comunidad de Estados
de América Latina y el Caribe (CELAC).
Reiteramos lo expresado por el Presidente Raúl Castro Ruz
sobre la República Bolivariana de Venezuela el pasado 14 de julio y cito:
“La agresión y la violencia golpista contra Venezuela dañan
a toda ‘Nuestra América’ y solo benefician los intereses de quienes se empeñan
en dividirnos para ejercer su dominación sobre nuestros pueblos, sin que les
importe generar conflictos de consecuencias incalculables en esta región, como
los que estamos presenciando en diferentes lugares del mundo”.
“Alertamos hoy”, dijo entonces, “que quienes pretenden
derrocar por vías inconstitucionales, violentas y golpistas a la Revolución
Bolivariana y Chavista asumirán una seria responsabilidad ante la historia”,
fin de la cita.
Rechazamos enérgicamente la amenaza militar contra
Venezuela, la orden ejecutiva que la califica como una amenaza a la seguridad
nacional de los Estados Unidos y las sanciones unilaterales, injustas y
arbitrarias aplicadas por este.
Reiteramos nuestra inquebrantable solidaridad con el pueblo
y el gobierno bolivarianos y chavistas, y con su unión cívico-militar que
lidera el presidente constitucional Nicolás Maduro Moros.
Denunciamos y condenamos la iniciativa Nica Act, promovida
en el Congreso de los Estados Unidos en una actitud injerencista que persigue
imponer un bloqueo económico al pueblo y gobierno de Nicaragua, a quienes
reiteramos nuestro respaldo.
Expresamos nuestra solidaridad con el expresidente Luiz
Inácio Lula da Silva, víctima de persecución política para impedir su
candidatura a elecciones directas mediante una inhabilitación judicial. Lula, la presidenta Dilma Rousseff, el
Partido de los Trabajadores y el pueblo brasileño tendrán siempre a Cuba de su
lado.
Reafirmamos nuestro compromiso histórico con la libre
determinación y la independencia del pueblo de Puerto Rico.
Apoyamos el legítimo reclamo argentino de soberanía sobre
las Islas Malvinas, Sandwich del Sur y Georgias del Sur.
Cuba continuará contribuyendo en todo lo posible, a solicitud
de las partes, con los esfuerzos para lograr una paz estable y duradera en
Colombia.
Seguimos comprometidos en compartir nuestras modestas
realizaciones con los pueblos del Sur, incluido el empeño de los 40 mil
cooperantes cubanos que en 64 países hoy luchan por la vida y la salud de los
seres humanos(11).
Señor Presidente:
El 16 de junio pasado, el presidente de los Estados Unidos,
Donald Trump, anunció la política de su gobierno hacia Cuba, que constituye un
retroceso en las relaciones bilaterales y socava las bases establecidas hace
dos años para avanzar en una relación de nuevo tipo entre nuestros países, en
la que prime el respeto, ¡el respeto!, y la igualdad.
El gobierno estadounidense ha decidido endurecer el bloqueo
económico, comercial y financiero, imponiendo nuevos obstáculos a las limitadas
posibilidades que tenía su empresariado para comerciar e invertir en Cuba y
restricciones adicionales a sus ciudadanos para viajar a nuestro país.
Esas decisiones ignoran el apoyo de amplios sectores estadounidenses,
incluyendo la mayoría de la emigración cubana, al levantamiento del bloqueo y
la normalización de las relaciones.
Satisfacen solo los intereses de un grupo de origen cubano del sur de
Florida, cada vez más aislado y minoritario, que insiste en dañar a Cuba y a
nuestro pueblo por haber elegido defender, a cualquier precio, el derecho a ser
libre, independiente y soberano.
Reiteramos hoy la denuncia a las medidas de endurecimiento
del bloqueo y reafirmamos que cualquier estrategia que pretenda destruir a la
Revolución Cubana fracasará.
De igual forma, rechazamos la manipulación del tema de los
derechos humanos contra Cuba, que tiene mucho de qué enorgullecerse por los
logros alcanzados y no tiene que recibir lecciones de los Estados Unidos ni de
nadie.
Expresamos en esta ocasión la más enérgica condena a las
declaraciones irrespetuosas, ofensivas e injerencistas contra Cuba y el
gobierno cubano, realizadas hace tres días en esta tribuna por el presidente
Donald Trump. Le recordamos que los
Estados Unidos, donde se cometen flagrantes violaciones de los derechos humanos
que suscitan profunda preocupación en la comunidad internacional, no tienen la
más mínima autoridad moral para juzgar a mi país. Reafirmamos que Cuba nunca
aceptará, ¡jamás! condicionamientos ni imposiciones, ni renunciará a sus
principios.
En relación con los alegados incidentes que habrían afectado
a funcionarios estadounidenses en La Habana, afirmamos categóricamente que el
gobierno cubano cumple con todo rigor y seriedad sus obligaciones con la
Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas en lo referido a la
protección de la integridad de todos los diplomáticos sin excepción, incluyendo
los de los Estados Unidos; y que Cuba jamás ha perpetrado ni perpetrará
acciones de esta naturaleza; ni ha permitido ni permitirá que su territorio sea
utilizado por terceros con ese propósito.
Las autoridades cubanas, de acuerdo con los resultados
preliminares de la investigación prioritaria y con alto componente técnico que
están desarrollando por indicación del más alto nivel de nuestro gobierno, y que
ha tomado en consideración datos aportados por las autoridades de los Estados
Unidos, hasta el momento no cuentan, ¡no cuentan! con evidencia alguna que
confirme las causas ni el origen de las afecciones a la salud que han sido
reportadas por los diplomáticos estadounidenses y sus familiares. La investigación para esclarecer este asunto
sigue en curso y para llevarla a término será esencial la cooperación efectiva
de las autoridades estadounidenses. Sería lamentable que se politice un asunto
de la naturaleza descrita.
Como ha expresado el Presidente Raúl Castro Ruz, Cuba tiene
la voluntad de continuar negociando los asuntos bilaterales pendientes con los
Estados Unidos, sobre la base de la igualdad y el absoluto respeto a la
soberanía y la independencia de nuestro país, y de proseguir el diálogo
respetuoso y la cooperación en temas de interés común con el gobierno
estadounidense.
Cuba y los Estados Unidos pueden cooperar y convivir,
respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a ambos
países y pueblos, pero no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones
inherentes a su soberanía e independencia.
Señor Presidente:
El pueblo cubano no cesará en su legítimo reclamo por el
levantamiento y total eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero
y seguirá denunciando el recrudecimiento de esa política. El 1º de noviembre, Cuba presentará una vez
más ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el proyecto de resolución
titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero
impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba”.
Mientras que en el mundo crece la desigualdad, la opulencia
de unos pocos y la marginación de muchos, el pueblo cubano continuará su lucha
por alcanzar la sociedad más justa posible.
Seguiremos avanzando con paso firme en el camino de trasformaciones
revolucionarias decidido soberanamente por cubanas y cubanos para el
perfeccionamiento de nuestro socialismo.
Muchas gracias (Aplausos)._______________________________________________________
(1) Informe de OXFAM Internacional “Una economía
para el 99%”, publicado en enero de 2017.
(2) Informe de
OXFAM Internacional “Una economía para el 99%”, publicado en enero de 2017.
(3) Informe de
OXFAM Internacional “Una economía para el 99%”, publicado en enero de 2017.
(4) Informe de la
FAO “El futuro de la alimentación y la agricultura: Tendencias y desafíos”,
publicado en 2017.
(5) Datos de la
OIT, 2017.
(6) Datos de la
OMS, septiembre de 2016.
(7) Tercer informe
de la UNESCO sobre el aprendizaje y la educación de adultos, 2016.
(8) Informe de la
FAO “El futuro de la alimentación y la agricultura: Tendencias y desafíos”,
publicado en 2017.
(9) Informe del
ACNUR: Tendencias Globales: Desplazamiento forzado en 2016.
(10)
https://www.sipri.org/sites/default/files/Trends-world-military-expendit...
World military expenditure
was $1686 billion in 2016, an increase
of 0.4 per cent in real terms. SIPRI: TRENDS IN WORLD MILITARY EXPENDITURE,
2016.
(11) Datos
brindados por la UCCM del MINSAP con fecha 7 de agosto de 2017.
Tomado de Cubaminrex
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