El 26 de julio de 1978 nació el diario 26. Han pasado 33 años del histórico suceso que, sin dudas, marcó un hito en el ámbito cultural de la naciente provincia de Las Tunas.
Durante todos estos años, el periódico ha reflejado, con aciertos y desaciertos, con veracidad y ojo avizor, el acontecer económico, político y social de la provincia. Las historias de muchos tuneros y tuneras han encontrado espacio en las páginas del que primero fue diario, después semanario, y desde hace 11 años, también periódico digital.
Generación tras generación de periodistas han firmado artículos, informaciones, comentarios, entrevistas; o han publicado edición tras edición las Postales Tuneras, Ráfagas, Rostros, Cartas…
Para mí, desde noviembre de 1998, 26 ha sido no solo mi trabajo diario, sino una escuela en la que con cada edición he aprendido algo nuevo. Pero no solo eso, 26 se convirtió poco a poco en mi otra familia; esa con la que he compartido el regocijo por los reconocimientos; la tristeza por la publicación de un errata; y hasta algunas broncas, por amor a esas páginas que queremos sean perfectas desde los blancos que permiten descansar en la lectura hasta el pie de foto.
Hoy, que la cobertura del 26 de julio apenas me ha dejado unos instantes libres, sentía la necesidad de dedicar unas líneas a mi periódico.
Sé que tenemos muchas imperfecciones, que tenemos que trabajar con más profesionalidad para que cada tunero se sienta reflejado en nuestras páginas, para que 26 Digital siga ocupando un espacio relevante en la vorágine de Internet. Pero también sé que a la mayoría de los que trabajamos aquí – periodistas, correctores, choferes, fotógrafos- nos anima el amor.
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