Con una ceremonia inaugural de película, Londres dio la bienvenida a sus terceros Juegos Olímpicos, que desde el inicio mismo prometen una fraternal pero encarnizada porfía atlética tanto en lo individual, como entre las naciones participantes.
Los momentos cumbres: el inusual encendido del pebetero -una corona de 204 pétalos de cobre (representan el número de países presentes) que se iluminaron con el fuego que
finalmente se elevó y unió en la parte superior-; y la presentación del exitoso ex-Beatle Paul McCartney.