Mercenarios de segunda en espera de ser traslados hacia las urnas instaladas en la residencia del jefe de la SIN |
Por M. H. Lagarde /Fotos:
Ismael Francisco
Como ya se ha vuelto habitual, en época de elecciones generales en Estados Unidos, los anexionistas a sueldo en Cuba no pierden ocasión para demostrar su sumisión a los intereses del gobierno que desde, hace medio siglo, agrede, ya desde con ataques terroristas o hasta mediante un cruel bloqueo económico, a la Isla que un día los vio nacer.
Como ya se ha vuelto habitual, en época de elecciones generales en Estados Unidos, los anexionistas a sueldo en Cuba no pierden ocasión para demostrar su sumisión a los intereses del gobierno que desde, hace medio siglo, agrede, ya desde con ataques terroristas o hasta mediante un cruel bloqueo económico, a la Isla que un día los vio nacer.
Aun cuando ni siquiera los ciudadanos de la colonia de Puerto Rico cuentan con la prerrogativa de elegir al presidente de la metrópoli norteña, los mercenarios cubanos, sin el menor pudor, se reúnen, cada cuatro años, en la casa del Jefe de turno de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana para votar
, “simbólicamente”, por el mandatario que aprobará, en el próximo periodo presidencial, las millonarias partidas de la USAID dedicadas a inventar una “oposición” en Cuba.
Una representación de las Damas del Verde |
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