Esta es tu rosa blanca, a ti, mi amigo, uno de los primeros que encontré, en las páginas inolvidables y sublimes de La Edad de Oro. La luz que comenzó a irradiar hace 161 años desde aquella casita modesta en la habanera calle de Paula, es hoy un haz fuerte que brilla sobre el futuro de los pueblos de esa que bien tú llamaste Nuestra América. |
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