Durante la ceremonia de izado de la bandera celebrada en
La Habana el 14 de agosto de 2015, el secretario de Estado de Estados Unidos,
John Kerry, expuso: “estamos convencidos de que el pueblo de Cuba sería servido
mejor con una democracia
genuina.” Esta promoción de la democracia para Cuba por parte de Estados
Unidos se refiere, entre otros aspectos, explícita e implícitamente a la
libertad de prensa. Con todo, el señor Kerry no centró sus comentarios sobre el
tema de la democracia, sino que principalmente se expresó en torno a la
política de su administración respecto de las relaciones EEUU-Cuba, en honor al
gobierno de Cuba, al restablecimiento de las relaciones diplomáticas y a la reapertura
de las embajadas, así como medio de avance posible para el acercamiento de dos
pueblos que ya no son enemigos ni rivales, sino vecinos.
Pero veamos cómo la prensa estadounidense trató las
palabras del secretario de Estado Kerry, así como su participación en otras
actividades oficiales que tuvieron lugar en La Habana el mismo día. Tomemos el
caso la cadena noticiosa estadounidense CNN en inglés. Para cubrir este suceso,
la CNN envió a La Habana a uno de sus animadores vedet más importantes, Jake
Tapper. ¿Y qué giro le dio él al discurso del secretario de Estado Kerry? El célebre
animador declaró: “Pero no es instantáneo, no se improvisan de la noche a la
mañana la democracia y la libertad de
prensa.” El mismo día, pero en otro momento, luego reportó, “Este es un
país que carece de libertad de prensa y de libertad de reunión y de una y
otra cosa”, y aún más tarde añadió en otro spot televisivo:
“Una sola bandera
estadounidense no puede resolver todos los problemas ni soltar al pueblo de
aquí de la garra de los hermanos Castro... y como bien dijera el Presidente
Eisenhower– [al cual] cito – ‘Nuestras condolencias van dirigidas al pueblo de
Cuba que hoy sufre bajo el yugo de un dictador.’ [a lo cual Tapper añade:] El
dictador y su yugo ahora están siendo
representados [por] su hermano Raúl.”
Por cuenta propia, Tapper se lanzó a buscar, entre otros,
a disidentes cubanos para entrevistarlos. Aprovechó toda palabra pronunciada
por estos respecto de su oposición al restablecimiento incondicional de las
relaciones diplomáticas entre los dos países y resumió el alegato según el cual
“sus detractores expresaron que esto solo concederá legitimidad a un dictador,
hoy [14 de agosto], que no tiene interés alguno
en un cambio verdadero”. Tapper fue más lejos al pasar el videoclip de un
debate presidencial de julio de 2007 en el cual, según Tapper, el senador
Barack Obama “justificaba los motivos por los cuales intervenía respecto de regímenes delincuentes
(rogue regimes) como el de Cuba”. No
obstante, según las transcripciones de la CNN, de julio de 2007, la cuestión giraba
en torno a si se era partidario o no de que los candidatos presidenciales
“participaran en encuentros separados sin formular condiciones previas, en
Washington o en cualquier otro sitio, durante el primer año de su
administración con los jefes de Estado de Irán, Siria, Venezuela, Cuba y Corea
del Norte con el propósito de colmatar las brechas que dividen a
nuestros países”. El término “regímenes delincuentes” no se emplea ni en la
pregunta ni en la respuesta del señor Obama.
En suma, si bien la CNN transmitió integralmente la
ceremonia de honores a la bandera y las palabras del señor Kerry, cuyo rasgo
principal fue el de promover las relaciones diplomáticas de dos países vecinos,
la CNN editó su propia versión. La red de difusión de la información por cable
se precipitó sobre las observaciones del secretario de Estado Kerry acerca de
sus conceptos de democracia para Cuba y una de sus correlaciones, la libertad
de prensa, y, a lo largo del día y prácticamente en cada programa difundido
tarde por la noche, bombardeó a los espectadores con los fragmentos sonoros
“libertad de prensa”, “dictadura” y “régimen delincuente”.
Algo que también es significativo y que sirve de
corolario al tratamiento de las observaciones del señor Kerry es lo que la CNN
suprimió. Además de la ceremonia de honor a la bandera hubo otra actividad
importante. El señor Kerry fue recibido por su homólogo, Bruno Rodríguez
Padilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba en la sede de la cancillería
cubana. Esta reunión celebrada a puerta cerrada fue seguida por una conferencia
de prensa conjunta en el Hotel Nacional donde, tras expresar sus impresiones
los señores John Kerry y Bruno Rodríguez Parrilla, tuvo lugar un periodo de
preguntas y respuestas. Prácticamente toda la actividad fue censurada por la
CNN. Es lamentable, porque el público estadounidense y el de habla inglesa a
quien la CNN informa en otras partes del globo se perdió la oportunidad de
escuchar lo que el lado cubano expresó respecto de la “democracia para Cuba”.
Durante el
periodo de preguntas y respuestas, Andrea Rodríguez, periodista de la
Associated Press, se dirigió al canciller Bruno Rodríguez Parrilla: “El
secretario Kerry hoy mencionó el tema de que esperaba para Cuba una democracia
genuina. Quisiera que me comentara usted qué opina al respecto”. La respuesta
del ministro de Relaciones Exteriores nunca llegó a los oídos del público de Estados
Unidos por el intermediario de la CNN. He aquí su respuesta:
“Yo
siento que debemos trabajar activamente para construir confianza mutua, para
desarrollar contactos en las áreas donde tenemos visiones cercanas o que pueden
ser aproximadas, y al mismo tiempo conversar, discutir de manera respetuosa,
sobre nuestras diferencias respectivas. En algunas áreas es cierto que las
diferencias son profundas; sin embargo, puedo decir que algunos de estos temas
son de intenso debate internacional. Por ejemplo, algunos modelos políticos
electorales de países industrializados que parecía que podían ser un modelo
único, han entrado en una gravísima crisis, incluso en Europa.
Los
Estados tienen la necesidad de desarrollar sus vínculos en apego al derecho
internacional con pueblos que han decidido, en ejercicio de su
autodeterminación, su destino nacional, de acuerdo con su propia cultura, con
su nivel de desarrollo.
Yo
me siento muy cómodo con la democracia cubana que a su vez tiene cosas
perfectibles, tal como trabajamos hoy activamente a partir de los procesos
relacionados con la actualización de nuestro modelo económico y social
socialista.
Puedo
decir que es un tema en el que estamos dispuestos a conversar sobre bases
absolutamente recíprocas y de igualdad soberana, en el que nosotros también
tenemos mucho que decir, preocupaciones que compartir; intentos de incrementar
la cooperación internacional para resolver problemas relacionados con el ámbito
de los derechos políticos y las libertades civiles que, en nuestra
opinión, tienen que ser aseguradas de la misma manera que el derecho a la
alimentación, el derecho a la igualdad de género, el derecho a la vida, el
derecho a la
educación y la salud.”
Los lectores sacarán sus propias conclusiones de los
motivos por los cuales la CNN suprimió tales observaciones. Una de las maneras
de verlo es que el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, tal como era de
esperarse, expresó algunos puntos de vista que ponen en entredicho las palabras
huecas la CNN. En lo concerniente a la cuestión de la democracia, el canciller
cubano señaló una inquietud que muchas personas comparten en Estados Unidos y en
otras partes de Occidente. Este malestar tiene que ver con la calidad de la
democracia y del proceso electoral en estos países adelantados sobre el plan
industrial. Esta puntualización inquieta a la CNN pues le arranca palabras a su
narrativa respecto de la democracia. Si bien esta interpretación es
desmerecedora para Cuba y sirve para dejar indemne a Estados Unidos o mismo para
enaltecerle como modelo, a su vez denota cómo este último se posiciona respecto
de su pensamiento único sobre la democracia.
Las observaciones del canciller cubano en defensa de la
democracia cubana fueron calificadas con una salvedad importante: esta debe ser
mejorada. Esta lógica de combinar decisiones soberanas con el reconocimiento de
mejoras dentro de las tradiciones y valores cubanos también desafía el crédito
de las palabras de los grandes medios de difusión de la información estadounidenses,
tales como la CNN. Finalmente, el canciller cubano lanzó la bola de regreso a
la cancha estadounidense en forma muy diplomática al indicar que Cuba otorga
una gran importancia a los derechos políticos y las libertades civiles, de
todos los países, tales como el derecho a la alimentación, el derecho a la
igualdad de género, el derecho a la vida, el derecho a la educación y la salud.
Los logros de Cuba en estos ámbitos son bien conocidos y reconocidos
internacionalmente, mientras que la carencia de estos en Estados Unidos es cada
vez más palpable dentro y fuera del país.
¿Cómo trató la prensa cubana el acontecimiento del 14 de
agosto? ¿Practicó censuras, cortes y publicó informaciones falsas? No. Todo lo
contrario, el día completo fue difundido en directo en la televisión y la radio
cubanas. Esto arrancó con la llegada al aeropuerto de La Habana del señor Kerry
y con una biografía informativa del secretario de Estado libre de toda declaración
despectiva o salvedades. Igualmente, la ceremonia llevada a cabo en la embajada
de Estados Unidos se transmitió por completo, así como todas las observaciones
del secretario Kerry. Todo el contenido disponible a la prensa antes mencionado
también fue televisado en Cuba. Al día siguiente, la prensa oficial cubana
publicaba completas las transcripciones en español de la ceremonia
en honor a la bandera y las versiones
taquigráficas disponibles de la conferencia de prensa.
Esta aversión a la censura es parte de la tradición
cubana cuando se trata de normalizar las relaciones con Estados Unidos. Por
ejemplo, en 2002, el ex presidente Jimmy Carter fue a Cuba para visitar al
presidente Fidel Castro. En dicha ocasión, se difundió en la radio y televisión
cubanas el discurso integral del señor Carter, aun cuando contenía concepciones
respecto de la democracia deseada para Cuba similares a las que pronunció el
señor Kerry en agosto de 2015. En su informe de la visita, el ex presidente
Carter escribió:
“Esa noche pronuncié
un discurso en la Universidad de La Habana y luego respondí a las preguntas
que, tal como había sido previsto, pasarían en directo sobre las ondas de la
radio y televisión locales. Más tarde se retransmitieron y la transcripción
integral del discurso fue publicada en los diarios cubanos. Posteriormente, no
se podía encontrar en las calles o en los mercados a nadie que no lo
hubiese escuchado”.
Los enfoques de la prensa cubana y los de la CNN que
cubrían el suceso del 14 de agosto, particularmente opuestos indican que la CNN
no dispone de elementos que permitan criticar a Cuba en relación con la
libertad de prensa. De hecho, fue Cuba la que dio una lección a la CNN al no
prestarse a censuras, cortes e informaciones falsas. Es interesante constatar cómo
se invierten los papeles que desempeñan Cuba y Estados Unidos.
En Estados Unidos, “libertad de prensa” y “democracia” se
presentan como razonamientos abstractos. Forman parte de los términos de moda que
incitan a la gente en Estados Unidos y el extranjero a arrodillarse y rendir
homenaje al país como modelo. La Primera Enmienda a la Constitución de los
Estados Unidos, adoptada en 1791, prevé que “El Congreso no hará ley alguna
por la que adopte una religión como oficial del Estado o se prohíba practicarla
libremente, o que coarte la libertad de palabra o de imprenta, o el derecho del
pueblo para reunirse pacíficamente y para pedir al gobierno la reparación de agravios”.
La enmienda da la impresión de que no hay restricciones al abstraer la prensa
del contexto socioeconómico en el cual se desenvuelve. De manera que,
supuestamente, cualquier persona puede decir y escribir lo que desee.
En Cuba, por otra
parte, según la lógica estadounidense hay restricciones. El Artículo 53o de la
Constitución de Cuba establece que “Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa
conforme a los fines de la sociedad
socialista.” El marco del pensamiento único de Estados Unidos,
según el cual en Cuba no hay verdadera libertad de prensa, debido a algunas
restricciones, implica que en Estados Unidos supuestamente no hay condiciones.
¿Existe una
forma pura de libertad de prensa en Estados Unidos? Tomemos el caso del
reportaje de la CNN del 14 de agosto de 2015 como ejemplo pertinente. ¿Qué giro le dieron
a su crónica y reportaje el animador Jake Tapper y los otros presentadores de
la CNN? Posiblemente nadie les instruyó sobre la orientación que debían seguir;
sin embargo, no era necesario ya que saben que para poder progresar en sus
carreras, ellos deben promover algunos conceptos al tiempo que obviar o
distorsionar otros. Todas estas contorsiones se retransmiten para hacer que sus
reportajes coincidan con las nociones preconcebidas y los intereses de los
círculos dominantes. Noam Chomsky esclareció el papel que desempeñan los medios
de comunicación estadounidenses como parte del establecimiento político en su
obra clásica Los guardianes de la
libertad: propaganda, desinformación y consenso en los medios de comunicación
de masas (Manufacturing Consent). Él y su coautor postulan que “la
principal función de los medios de comunicación es la de estar al servicio de una
determinada élite económica, aplicar su propaganda y suministrar la información
filtrada por parte de la élite la cual los controla y financia”. Asimismo Chomsky
puso al descubierto la complejidad de los mecanismos de este fenómeno al
indicar que la restricción que el orden establecido ejerce sobre los medios de
comunicación “normalmente no se logra a través de una injerencia bárbara, sino
que recae en la selección de un personal con mente moldeable, así como en la colaboración
de editores y periodistas profesionales que interiorizan las prioridades y
definiciones del interés periodístico al coincidir con las políticas de la
institución”.1 Aunque es sabido que la injerencia brutal también
se practica.
Si tomamos en cuenta la percepción de Chomsky sobre los
medios de comunicación estadounidenses en relación con la CNN y con Jake
Tapper, podemos otorgar el beneficio de la duda a la cadena de difusión de la
información controlada por cable de que no hubo “injerencia bárbara” en el sesgo
que se le dio a la cobertura del restablecimiento de las relaciones entre
Estados Unidos y Cuba. No obstante, según el postulado de Chomsky, Tapper fue
seleccionado por la CNN en función de su carrera como persona dotada de “mente
moldeable”. El 14 de agosto de 2015, él “interiorizó” o reprodujo el ángulo
deseado por la CNN. En otras palabras, al encarnar la añeja opinión estadounidense
sobre Cuba sostenida por determinadas élites, Tapper sabía perfectamente bien
lo que estaba haciendo. Esto es algo que forma parte del desarrollo de una
carrera con las recompensas pecuniarias que naturalmente acompañan el ascenso
al éxito.
Tapper es un elemento prometedor para la CNN, por consiguiente
se le eligió para ir a moderar el debate presidencial del partido Republicano
el 16 de septiembre de 2015. Las cadenas rivales Fox News y CNN están llevando
una lucha importante para captar más anuncios publicitarios con mayores precios
e incrementar su clasificación de popularidad en los límites de los escenarios
del debate presidencial republicano. La CNN está contando con la
contribución de Tapper para lograr sus metas. El panorama de la “libertad de
prensa” controlada por el poder de sociedades privadas en Estados Unidos es
mucho más contrastado cuando se le compara al enfoque de Cuba. El Artículo 53º
de la Constitución estipula que “los medios de difusión masiva son de propiedad
estatal o social y no pueden ser objeto, en ningún caso, de propiedad
privada”. Esta no es una restricción sino más bien un factor liberador,
especialmente si uno compara al enfoque cubano, el enfoque de la prensa estadounidense
controlada por el poder de las empresas.
No empero, según lo antes expuesto, Cuba, por su parte,
posee una restricción explícita sobre la libertad de prensa: la prensa debe
coincidir con los objetivos de la sociedad socialista. Ningún intento hipócrita
trata de ocultarlo. Los objetivos de la sociedad socialista cubana y sus
principios respecto de las relaciones Cuba-EEUU requieren que se haga todo lo
posible para que la diplomacia aporte una contribución esencial a los cambios que
se susciten en el modelo socialista cubano. Este esfuerzo diplomático cubano comprende
la cobertura integral de la visita del secretario de Estado Kerry,
independientemente de sus declaraciones. Para Cuba, tratar a sus invitados con
tal deferencia, al igual que Fidel Castro lo hiciera con el presidente Carter,
es una cuestión de principios.
Es de preguntarse si el reportaje realizado por la CNN de
las actividades que tuvieron lugar en La Habana el 14 de agosto contradice la
política oficial de Estados Unidos hacia Cuba. ¿Representa esta cobertura una sección
de la élite dirigente que no está a favor del deshielo de las relaciones entre
los dos vecinos y que se opone a otra facción del statu quo estadounidense inclinada esta por la opción
normalizadora? La situación es compleja. Debemos guardar en mente cuando salió
simultáneamente el asombroso anuncio de los presidentes Obama y Castro sobre la
nueva política estadounidense el 17 de diciembre de 2014. En ese momento tanto
la Casa Blanca como el Departamento de Estado aclararon un punto muy importante
y siguen haciéndolo. Si bien el nuevo enfoque de Estados Unidos representa una
modificación en la táctica, su objetivo primero no ha cambiado. Los
funcionarios estadounidenses continúan promoviendo la versión de la democracia
de Estados Unidos destinada a Cuba. Para lograr el objetivo final, redactado en
un lenguaje más diplomático y por consiguiente menos burdo que el de la CNN, es
menester continuar la propaganda de que Cuba no es democrática, de que en Cuba no
hay libertad de prensa, etcétera. Pero todavía no sabemos por qué la CNN no
contribuyó a la evolución de los esfuerzos diplomáticos desplegados por ambos
países, algo que la prensa cubana hizo para su pueblo, y obvió informar
profesionalmente al público estadounidense. El reportaje inculto de la CNN
sirve como un recordatorio más de esta nueva situación dotada de perspectivas
muy positivas para cubanos y estadounidenses por igual, al igual que del
peligro que corre Cuba. Los cubanos están muy conscientes de esto. Su prensa y blogs periodísticos sirven de foro a un
debate maduro y animado sobre el significado del nuevo encuadre de Estados
Unidos. Este debate resulta de los intentos de los dirigentes y periodistas
cubanos para mejorar la prensa cubana como parte de los cambios de gran
envergadura que están aconteciendo en Cuba.
*Arnold August, periodista y
conferencista canadiense es el autor de Democracy in Cuba and the 1997–98
Elections y, más recientemente, Cuba
y sus vecinos: Democracia en movimiento, disponible en Cuba. Los vecinos
de Cuba son los Estados Unidos, Venezuela, Bolivia y Ecuador. Siga a Arnold en
Twitter@Arnold_August.
Notas bibliográficas
1. Edward S. Herman y Noam Chomsky, Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media (New
York: Pantheon Books, 2002), XI.
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