Por Norelys Morales Aguilera - Reblogueado desde IslaMía -
No van a impedir el orgullo de aprender del che |
Se lee bajo el título
“Che”, un escrito de quien se siente “pionero de alcurnia” ─toda un confesión─,
que se victimiza por haber “padecido el Hombre Nuevo”. Su nombre es Carlos M.
Álvarez, y escribe en OnCuba, sitio que llama a trabajar en el espacio, de la
siguiente manera:
“Desde su creación en marzo de 2012 OnCuba ha apostado por reunir el talento de todos aquellos que quieren dar una visión de Cuba inquietante, polémica, bien argumentada y a la vez ágil, fresca y joven. Este principio aplica tanto para volver asequibles temas complejos, como para ampliar el horizonte de lo que merece ser publicado y leído.” [1]
“Desde su creación en marzo de 2012 OnCuba ha apostado por reunir el talento de todos aquellos que quieren dar una visión de Cuba inquietante, polémica, bien argumentada y a la vez ágil, fresca y joven. Este principio aplica tanto para volver asequibles temas complejos, como para ampliar el horizonte de lo que merece ser publicado y leído.” [1]
Voy a lo dicho. Álvarez aparenta tener como motivo para escribir, el hecho de que en Cuba no se haya publicado la biografía de Jon Lee Anderson sobre el Che Guevara, cuya reseña se puede leer en Voltairenet. [2]
Si en realidad ese fuera el motivo habría podido mencionar, además, un grupo significativo de obras que tampoco han sido publicadas en Cuba, por diversas causas. Lo que hace suponer que, la no publicación de la biografía de Lee Anderson, es solo un recurso narrativo, válido si fuese enaltecedor, en cualquier sentido.
Pero, desde ahí mismo comienzan las invectivas, contra Ernesto Guevara, que son ofensivas a la luz de los revolucionarios y un sinnúmero de personas que respetan el legado del Che, por lo que este escrito del “pionero de alcurnia”, contradice la declaración editorial de dicho sitio.
Antes de ver nueve afirmaciones sobre el Che del “pionerito” de OnCuba, voy al último párrafo del escrito porque es quizás la cúspide de un renegado de su parroquia, que miente sobre el Che y su pensamiento, mientras trata con una indulgencia cómplice a un asesino y terrorista contra sus compatriotas.
Según Álvarez, Félix Rodríguez Mendigutía, el terrorista y agente de la CIA, “Dice que dejó de odiar al Che minutos antes de que lo asesinaran. Y que mientras se retorcía en el suelo, atravesado por las balas, se mordía la muñeca para no gritar.”
El “pionerito” falta a la verdad: capturar al Che fue una orden de asesinato salida de Washington a través de la CIA, contra un hombre herido en combate, y la obsesión de Rodríguez Mendigutía, alias El Gato, fue cumplirla para para obtener los dividendos que vendrían de sus pagadores.
Rodríguez Mendigutía ordenó al Sargento Jaime Terán asesinar al Che. Lo confesó a la revista española Cambio 16, edición del 18 de diciembre de 1998: “Salí y mandé a Terán que cumpliera la orden. Le dije que le disparara por debajo del cuello, pues tenía que parecer muerto en combate”. [3]
¡Cómo que Rodríguez Mendigutía “dejó de odiar al Che”! Miente el redactor. El agente de la CIA disparó también hacia el cuerpo del Che y festejó con whisky el asesinato en el hotel de Vallegrande. Hay testimonios irrebatibles. Hasta el día de hoy exhibe el trofeo de su foto con el Che capturado vivo.
Nueve afirmaciones del “pionero de alcurnia”:
1 El Che es para la Revolución cubana “su símbolo más rentable”
2 “Che pasó de ser un aventurero molesto con el imperialismo a un guerrillero implacable y un dictador de conciencias.”
3- “La foto de la Coubre es un apretado compendio de su furia como estadista y su confusión de inadaptado. Hay rabia en su cara, cierto, pero también hay susto.”
4- “El Che tendía sobre su ternura un manto de nomenclatura partidista. La disfrazaba.”
5- El Che,“estandarizó sus irrestrictos métodos de consagración individual”
6- “A partir de determinado punto dejó de ver personas en las personas.”
7- “Llegó a convertirse en una máquina.”
8- “Pensarlo, repasar sus actos, su actitud, mete miedo.”
9- “Su objetivo mayor era irrealizable, pero en él encontró cobijo. No es que lo hayan dejado solo, es que, desde siempre, el Che lo estuvo.”
¿Cómo se puede borrar de un plumazo toda una concepción, el legado y el ejemplo de Ernesto (Che) Guevara para los revolucionarios cubanos y un grupo importante de personas?
Pues Álvarez, olímpicamente, colige, que la no publicación de un libro, del cual solo toma solo una afirmación, cierta o no, da lo mismo, con lo cual asegura que: “es otra muestra contundente, una más, de cómo la Revolución también termina siendo enemiga de sí misma. Incapaz siquiera de albergar y promocionar un retrato feliz –esto es: verosímil– de su símbolo más rentable.”
Ah, ¿era la bronca por un libro o un pretexto para un ataque a la Revolución cubana y a Che sin miramientos?
Las nueve afirmaciones listadas aquí del escrito de Carlos M. Álvarez son un insulto a la sensibilidad de una comunidad de personas y a la figura y el legado de Ernesto Guevara, además de carecer de investigación histórica, sin mencionar otras faltas evidentes, al perecer intencionadas.
Por esta razón, de justicia y respeto al periodismo, solicito respetuosamente del redactor y del sitio OnCuba que se atengan a su declaración editorial, puesto contradice “el horizonte de lo que merece ser publicado y leído.”
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