Foto: J. Cajina |
Lejos estaba de imaginar que sólo dos días después el gigante -ubicado en La Paz Centro, León, a unos 49 kilómetros de la capital- saludaría mi arribo con su despertar de un letargo que se prolongó por 110 largos años.
Los primeros signos de vida fueron perceptibles en la madrugada del 30 de noviembre, cuando se escucharon varias explosiones en su interior. El martes comenzó la fase eruptiva, con explosiones de cenizas y gases; y el 2 de diciembre, la emisión de lava.
Es un espectáculo que causa pavor y admiración. No es de extrañar la llegada de turistas para presenciarlo, aventurándose hasta las comunidades más cercanas al volcán de como perfecto y casi 1300 metros de altura, al que cantó Rubén Darío.
A mí se me antoja que el Momotombo ha despertado para darme una estrepitosa bienvenida.
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