Texto íntegro del discurso de Raúl Castro ante el Parlamento
Compañeras y compañeros:
Hemos tenido este año un intenso primer semestre con la
realización de importantes eventos nacionales e internacionales, en primer
lugar el 7mo Congreso de nuestro Partido que adoptó un conjunto de acuerdos
trascendentales en interés de la actualización del modelo económico y social
cubano.
Desde el pasado lunes han sesionado las diez comisiones
permanentes de la Asamblea Nacional, marco en el cual los diputados han
analizado las cuestiones más relevantes de la vida de la Nación.
Nuestro pueblo ha recibido una amplia información sobre
estas temáticas y por ello mi intervención será breve.
La reunión del Consejo de Ministros, que efectuamos el 25 de
junio pasado, y el Segundo Pleno del Comité Central del Partido, celebrado
ayer, se concentraron en analizar el informe del comportamiento de la economía
en el primer semestre.
En diciembre del 2015 expliqué que se proyectaban
limitaciones financieras como consecuencia de la disminución de ingresos en
nuestras exportaciones por la caída de los precios en los rubros tradicionales,
así como afectaciones en las relaciones de cooperación mutuamente ventajosas
con varios países, en particular con la República Bolivariana de Venezuela,
sometida a una guerra económica para debilitar el apoyo popular a su
revolución.
En el primer semestre el Producto Interno Bruto (PIB) creció
un uno por ciento, la mitad de lo que nos habíamos propuesto. Este resultado ha
estado condicionado por la agudización de restricciones financieras externas
motivadas por el incumplimiento de los ingresos por exportaciones, unido a las
limitaciones que afrontan algunos de nuestros principales socios comerciales,
debido a la caída de los precios del petróleo.
A lo anterior se añade una determinada contracción en los
suministros de combustible pactados con Venezuela, a pesar de la firme voluntad
del Presidente Nicolás Maduro y su gobierno por cumplirlos. Lógicamente ello ha
ocasionado tensiones adicionales en el funcionamiento de la economía cubana.
Al propio tiempo, en este escenario se ha logrado mantener
el cumplimiento de los compromisos asumidos en los procesos de reordenamiento
de las deudas con acreedores extranjeros.
Debo reconocer que se han presentado algunos atrasos en los
pagos corrientes a los proveedores. En este sentido, deseo agradecer a nuestras
contrapartes por su confianza y comprensión de la situación transitoria en que
nos encontramos y ratificar la firme voluntad del Gobierno de recuperar los
vencimientos pendientes. No renunciaremos al propósito de continuar
restableciendo la credibilidad internacional de la economía cubana.
Tampoco podemos soslayar los nocivos efectos del bloqueo
norteamericano, que se mantiene vigente. A más de tres meses de los anuncios
del presidente Obama, el 15 de marzo, de que se eliminaría la prohibición a
Cuba para utilizar el dólar en sus transacciones internacionales, lo cierto es
que no se ha logrado todavía efectuar pagos ni depósitos en efectivo en esa
moneda.
En estas circunstancias adversas el Consejo de Ministros
adoptó un conjunto de medidas dirigidas a enfrentar la situación y garantizar
las actividades principales que aseguran la vitalidad de la economía,
minimizando las afectaciones a la población.
Como era de esperar, con el propósito de sembrar el desánimo
y la incertidumbre en la ciudadanía, comienzan a aparecer especulaciones y
augurios de un inminente colapso de nuestra economía con el retorno a la fase
aguda del período especial que enfrentamos a inicios de la década del 90 del
pasado siglo y que supimos superar gracias a la capacidad de resistencia del
pueblo cubano y su confianza ilimitada en Fidel y el Partido. No negamos que
pueden presentarse afectaciones, incluso mayores que las actuales, pero estamos
preparados y en mejores condiciones que entonces para revertirlas.
Frente a las dificultades y amenazas no hay espacio para las
improvisaciones y mucho menos para el derrotismo. De una situación coyuntural
como la que enfrentamos se sale victorioso actuando con mucha energía,
ecuanimidad, racionalidad y sensibilidad política, continuar estrechando la
coordinación entre el Partido y el Gobierno y sobre todo con mucho optimismo y
seguridad en el presente y el futuro de la Revolución.
Es preciso reducir gastos de todo tipo que no sean
imprescindibles, fomentar una cultura del ahorro y de aprovechamiento eficiente
de los recursos disponibles, concentrar las inversiones en las actividades que
generan ingresos por exportaciones, sustituyen importaciones y respaldan el
fortalecimiento de las infraestructuras, asegurando la sostenibilidad de la
generación eléctrica y un mejor uso de los portadores energéticos. Se trata en
síntesis de no detener, en lo más mínimo, los programas que garantizan el
desarrollo de la nación.
Al propio tiempo, se preservan los servicios sociales que la
Revolución ha conquistado para nuestro pueblo y se adoptan medidas con el
propósito de elevar paulatinamente su calidad.
En medio de estas dificultades se pusieron en vigor diversas
decisiones dirigidas a incrementar la capacidad adquisitiva del peso cubano,
entre ellas, la disminución de los precios de un conjunto de productos y
artículos de amplia demanda por nuestra población.
Igualmente, a pesar de la prolongada sequía que nos azota,
comenzamos a ver los frutos de otras acciones encaminadas a asegurar un mejor
acopio y distribución de los productos agropecuarios, constatándose mayor
presencia de los mismos en los mercados y una ligera, pero progresiva,
reducción de los precios de venta.
Estas medidas, con efectos todavía incipientes, han tenido
una favorable acogida en la población por representar un alivio para las
familias cubanas. Se estudian otras alternativas en correspondencia con las
posibilidades económicas del país.
Por otra parte, se ha garantizado el equilibrio financiero
interno mediante niveles apropiados de oferta en el mercado minorista, al
tiempo que se avanza en la implementación de sistemas salariales vinculados con
el resultado productivo, todo lo cual nos ha permitido evitar presiones
inflacionarias.
En la mañana de hoy, al igual que hace cinco años, la
Asamblea Nacional del Poder Popular, órgano supremo del poder del Estado,
acordó respaldar en su espíritu y letra la actualización, aprobada por el
Séptimo Congreso, de los Lineamientos de la Política Económica y Social del
Partido y la Revolución para el período 2016-2021. Este respaldo de nuestro
Parlamento conlleva la elaboración y aprobación de las normas jurídicas
requeridas para proseguir perfeccionando la base legal e institucional en
interés de las modificaciones económicas del país.
La gran mayoría de los Diputados ya habían participado en
las consultas territoriales sobre este documento que se desarrollaron antes del
Séptimo Congreso, otros lo hicieron también como delegados e invitados al
máximo evento partidista.
Al propio tiempo, el pasado 15 de junio se inició el proceso
de debate democrático por la militancia del Partido y la Unión de Jóvenes
Comunistas, representantes de las organizaciones de masas y amplios sectores de
la sociedad, de los documentos "Conceptualización del modelo económico y
social cubano de desarrollo socialista" y "El plan nacional de
desarrollo económico y social hasta el 2030: Propuesta de visión de la nación.
Ejes y sectores estratégicos". Hasta el pasado lunes se habían efectuado
más de 7 mil 200 reuniones, con 238 mil participantes, que han presentado miles
de propuestas, todas encaminadas a enriquecerlos y perfeccionarlos.
Como es conocido, prevemos continuar este debate en los
próximos meses, de modo que el Pleno del Comité Central del Partido, de acuerdo
con la facultad que le otorgó el Séptimo Congreso, apruebe definitivamente
ambos documentos programáticos, incluyendo las modificaciones que resulten de
este proceso.
No es ocioso reafirmar que proseguiremos la actualización de
nuestro modelo económico al ritmo que definamos soberanamente, forjando el
consenso y la unidad de los cubanos en la construcción del socialismo.
La velocidad de los cambios seguirá estando condicionada por
nuestra capacidad de hacer las cosas bien, que no siempre ha sido así. Para
ello es preciso asegurar la preparación previa, la elaboración de los
documentos normativos, la capacitación y dominio de su contenido hasta el nivel
donde se apliquen, el seguimiento y conducción de la implementación, el control
sistemático y la oportuna rectificación ante eventuales desviaciones.
Una demostración fehaciente de las fuerzas y experiencias de
que disponemos, ha sido el favorable resultado alcanzado en la ejecución del
plan de prevención y enfrentamiento a las enfermedades trasmitidas por los
mosquitos del género Aedes.
A partir del trabajo desplegado a lo largo y ancho de la
isla decreció significativamente el índice de infestación y la trasmisión del
dengue; no se ha diagnosticado este año ningún caso de chikungunya y se han
detectado 23 de Zika, 22 importados y solo uno autóctono, sin evidencia de su
propagación en todo el país.
Considero que es justo reconocer en esta Asamblea la labor
acometida por las autoridades y el personal de la salud pública, el Partido y
la UJC, los organismos del Estado y el Gobierno, las organizaciones de masas y
la población en el cumplimiento de las acciones contenidas en el plan de acción
aprobado para la etapa intensiva.
Especial mención merecen los combatientes de nuestras
Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior por su decisiva
contribución al éxito alcanzado.
Los resultados obtenidos nos obligan a sostener un conjunto
de acciones para continuar reduciendo las condiciones que favorecen la
infestación; no podemos retroceder, sino consolidar lo logrado en evitación del
daño que estas enfermedades provocan a la salud de nuestro pueblo.
Compañeras y compañeros:
En el informe al Séptimo Congreso del Partido tratamos
extensamente temas de política exterior.
El pasado 4 de junio me referí a diversos asuntos de la
situación internacional y regional en mi discurso de la Séptima Cumbre de la
Asociación de Estados del Caribe.
Más recientemente, intervine en la Ceremonia de Firma de los
trascendentales Acuerdos sobre el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y
Definitivo, Dejación de Armas y Garantías de Seguridad como parte del proceso
de paz de Colombia.
Todos esos pronunciamientos me permiten no extenderme en
estas cuestiones y solo destacar que en las complejas circunstancias de la
economía nacional no se debilitará, en lo más mínimo, la solidaridad y
compromiso de Cuba con la Revolucion Bolivariana y Chavista, con el Presidente
Maduro y su Gobierno y la Unión Cívico Militar del hermano pueblo venezolano.
Proseguiremos prestando a Venezuela, al máximo de nuestras
posibilidades, la colaboración acordada para contribuir a sostener los logros
alcanzados en los servicios sociales que benefician a su población.
Los amigos verdaderos se conocen en momentos difíciles y los
cubanos jamás olvidaremos el apoyo de los venezolanos cuando hemos enfrentado
graves dificultades.
Finalmente, compatriotas, nos faltan pocos días para
celebrar en Sancti Spiritus el 63 aniversario del asalto a los cuarteles
Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Corresponderá al Segundo Secretario del
Comité Central del Partido, compañero José Ramón Machado Ventura, pronunciar
las palabras centrales.
Al conmemorar el día de la Rebeldía Nacional lo haremos con
la convicción de que el pueblo revolucionario cubano nuevamente se crecerá
frente a las dificultades, sin el menor atisbo de derrotismo y plena confianza
en su Revolución.
Muchas gracias.
Tomado de 26Digital
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