Foto: Yaciel Peña
Entrevista exclusiva de Díaz-Canel a Cubaperiodistas.cu
Entre sus múltiples
responsabilidades,
Miguel Díaz-Canel ha venido
trabajando sistemáticamente para
que la prensa cubana cumpla con
su papel de informar de modo
veraz y con responsabilidad al
pueblo y al mundo sobre los
cambios económicos y sociales
que acontecen en nuestra
sociedad y que buscan avanzar en
la edificación de un socialismo
próspero y sostenible.
De ello, y de otros temas
relacionados, como el papel de
los medios en la educación del
pueblo, el miembro del Buró
Político del Partido y primer
vicepresidente de los Consejos
de Estado y de Ministros
conversó en exclusiva con esta
reportera de Cubaperiodistas.cu,
la cual está próxima a concluir
sus estudios de Periodismo en la
Universidad de La Habana y, en
la actualidad, realiza lo que se
ha dado en llamar el Portafolios
Profesional, una práctica final
sobre el oficio, en la redacción
del sitio digital de la Unión de
Periodistas de Cuba.
La entrevista a Díaz-Canel la
solicitamos durante la
celebración del
II Pleno del Comité Nacional de
la Upec, y entonces él nos
dijo: “Si, escríbeme por correo
electrónico y te avisaré”.
Semanas después, llamaron de su
oficina a la Upec para comunicar
que el 26 de febrero, a las 7 y
30 de la mañana, debía estar el
edificio del Consejo de
Ministros, en la Plaza de la
Revolución, para la entrevista
periodística con Díaz-Canel.
A partir de ese momento, mi
mayor preocupación estuvo en
seleccionar los temas
relacionados con la prensa y el
periodismo en Cuba que debía
incluir en el cuestionario.
Consulté el discurso de
Díaz-Canel en la clausura del
IX Congreso de la Upec e
informaciones posteriores sobre
sus encuentros mensuales con la
Presidencia de la organización.
También lo que se acordó en
anteriores congresos de la Upec,
y en los cuales temas como los
vacíos informativos, las
manifestaciones de secretismo,
las relaciones prensa-fuentes,
las relaciones prensa-partido y
la ausencia de debate y de
polémicas, que constituyen
también preocupaciones de los
profesionales de nuestro
periodismo revolucionario. Y,
por supuesto, recogí opiniones
de mis compañeros de curso y de
profesionales con los que he
tenido relación en los últimos
meses.
De ahí nacieron las preguntas
que plantee a Díaz-Canel en el
encuentro.
Comencé recordándole sus
palabras en el IX Congreso,
donde aseguró que la UPEC tiene
“la retadora y necesaria misión
de lograr el perfeccionamiento
de nuestra prensa en los
momentos actuales, ayudar en la
construcción de un modelo de
prensa cubano, para las actuales
exigencias de nuestro
desarrollo, de nuestra sociedad
y de nuestra población, y para
eso les expreso que cuenten con
la comprensión y el apoyo del
Partido”. Y le coloqué la
primera pregunta: Hoy,
teniendo en cuenta todo esto, a
su juicio, ¿cuáles debían ser
las características de un modelo
de prensa cubano?
Su respuesta fue:
Yo no soy especialista… Pero
creo que la prensa cubana,
primero, tiene que ser muy
responsable, por las propias
condiciones que vive el país y
por la manera en que se aborda
la realidad de Cuba en la prensa
internacional. No podemos dejar
de ver que somos un país en
defensa, asediado, donde
cualquier cosa que no es noticia
en el mundo es noticia para el
mundo si pasa en Cuba.
Tiene que ser una prensa
responsable, valiente, que logre
un adecuado balance entre agenda
mediática y agenda pública, que
se apoye en la investigación,
interactiva (me refiero a que
haya una relación
lector-público, que cada medio
lo tiene que hacer de una manera
distinta), que haya momentos de
debate con el público para saber
sus insatisfacciones sobre cada
medio, pues eso los nutre. Tiene
que ser una prensa participativa
y, por supuesto, una prensa
revolucionaria.
Cuando ha pasado casi un año de
esa cita de los periodistas,
¿cuáles han sido las principales
transformaciones en la prensa
cubana que usted ha notado?
Yo creo que el Congreso fue
aportador porque discutió con
objetividad los problemas de la
prensa cubana, y eso dio una
plataforma para trabajar en
función de las transformaciones
y el perfeccionamiento que hoy
demanda nuestra prensa.
La primera demanda que tenemos
que resolver es que hay una
insatisfacción de la prensa con
las fuentes, de las fuentes con
la prensa y del pueblo con las
fuentes y con la prensa. Esto
lleva a trabajar en tres
direcciones. Una, que la fuente
reconozca la necesidad de
informar a la población con
objetividad, y que, por lo
tanto, el llamado secretismo sea
abolido como práctica. Una
segunda dirección es que la
prensa pueda abordar todos los
temas a partir de las fuentes,
con objetividad, para lo cual se
necesita investigación y
profundización. Y una tercera
dirección es que la prensa
iguale la agenda mediática con
la agenda pública, de manera que
la población pueda ver reflejada
la diversa realidad que vive
nuestro país en los medios de
comunicación masiva, y por lo
tanto se identifique con esos
medios, que esos medios sean
creíbles.
Después del Congreso, yo creo
que se ha fortalecido el papel
de la UPEC, por la dinámica de
trabajo de su dirección actual.
De entrada, convocó a los
talleres creativos, que han
constituido espacios de debate
muy críticos hacia dentro de
cada medio, donde ya se han
planteado las cosas que se
pueden hacer para transformar la
prensa. Por otra parte,
nosotros, desde el Partido,
también hemos estado evaluando
cuál debe ser la verdadera
relación con la prensa.
Facilitamos todo lo que tiene
que ver con la atención a la
prensa desde el Partido, pero
dándole más responsabilidad a
los medios de comunicación
masiva.
Se ha elaborado y presentado a
la comisión de implementación
una estrategia para la
comunicación social, que al
final, yo creo que es el más
grave de los problemas que
tenemos: nos falta una cultura
comunicacional, que tenemos que
construir entre todos y eso
abarca el trabajo de los medios.
Para eso realizamos un debate en
cada uno de los organismos de la
Administración Central del
Estado, y exponiendo que era un
elemento de continuidad del
Congreso de la UPEC, en estos
momentos hemos encontrado una
mayor receptividad en esos
organismos. Por lo tanto, ya
todos ellos comienzan a tener
una estructura, empiezan a
formular estrategias de
comunicación, unas mejores y
otras peores, empiezan a estar
más abiertos a la prensa. Por lo
tanto el llamado secretismo
empieza a disminuir. Y estos
mismos debates los hemos
comenzado ahora en los gobiernos
provinciales. Todo eso está
abriendo un espacio de diálogo
permanente de la UPEC y del
Partido con los medios de
comunicación masiva.
Esos debates tienen como
contenido el diagnóstico de los
problemas que se han planteado,
incluyendo el aporte del
Congreso, y dentro de las
políticas están las propuestas
de respuestas para todos esos
temas: los de calidad, los de
infraestructura, los
económicos-financieros.
Además, hay un grupo de
diseñadores que trabaja de
conjunto para mejorar el diseño
actual del periódico
Granma, que luego hará lo
mismo con
Juventud Rebelde. También se
empiezan a abrir un grupo de
espacios en diferentes medios
con una crítica más objetiva.
Por ejemplo, Cuba dice; un
espacio sobre valores en la
revista
Buenos Días y en la
Mesa Redonda, que además
empieza a abordar más temas
nacionales; los medios de
provincia tienen muchos
espacios, diría que más que los
nacionales, donde hay un mejor
balance de la realidad objetiva
de cada territorio; empieza a
existir una mayor respuesta de
los organismos a los criterios
que da la población en algunas
secciones de los medios de
prensa.
Creo que otro elemento
interesante que se gestó durante
el Congreso y que ha continuado
es el interés por estudiar el
libro de Julio García Luis,
que yo creo que es un libro base
para la reconstrucción y el
perfeccionamiento de la prensa
cubana en las condiciones
actuales.
También se ha reanimado la
capacitación de los periodistas
mediante los cursos de
postgrado, a través de la UPEC.
Y comienza a existir una mayor
relación de la
Facultad de Comunicación de la
Universidad de La Habana,
que es la rectora de la carrera,
con las facultades de periodismo
de las provincias y con los
medios de prensa, para abrir
senderos y aprovechar las
investigaciones que pueden
aportar a los medios, hechas
durante tantos años en la
carrera de periodismo y no son
aplicadas en el
perfeccionamiento de la prensa.
Pero esto último solo empieza a
existir.
Estamos haciendo un análisis
semanal de los medios de prensa
nacional, sobre las principales
problemáticas de calidad de lo
que sale cada semana en los
medios, a partir de estudios del
Centro de Información para la
prensa (CIP) y del
Centro de Investigaciones
Sociales del ICRT, y en un
ambiente muy franco. Observamos
la calidad de la noticia, de los
titulares y comparamos lo que se
habla de Cuba en la prensa
internacional con lo que se
habla en los medios nacionales,
para evaluar cuáles son los
vacíos informativos que tenemos.
Por lo tanto esto también está
compulsando a la calidad.
¿Cuáles son los principales
temas que son vacíos
informativos en los medios
cubanos?
Hay un grupo de temas: el
seguimiento a la implementación
de los lineamientos podría tener
más presencia en los medios, de
las políticas y medidas que se
van aplicando; todo el combate
por lograr más decencia y menos
indisciplina social; la defensa
objetiva de la Revolución ante
los ataques que nos hacen en las
redes sociales; la crítica
artística y literaria, porque
prácticamente lo que hacemos es
una descripción y no una crítica
sobre los principales
acontecimientos culturales. Creo
que alrededor de eso están los
principales asuntos.
Recientemente hubo un vacío
informativo sobre el barco
norcoreano, pero eso era un tema
sensible que nosotros debimos
abordarlo de la manera que se
hizo, publicando la nota de
prensa del MINREX.
¿Cuáles son las principales
insatisfacciones que sigue
notando?
Independientemente de todo esto,
hay insatisfacciones que yo veo.
Creo que hemos avanzado en ir
eliminando vestigios de
secretismos y ahora nos va
quedando más autocensura. Antes
del Congreso, cuando comencé a
atender la prensa, tenía una
visión de que había más
problemática en la atención del
Partido hacia la prensa que en
otros aspectos. Hoy me voy dando
cuenta, y lo ha reconocido la
UPEC, que hay un enorme problema
de profesionalización en los
medios y de preparación por los
cuadros directores de medios
para la gestión. Hay que saber
administrar la prensa, por eso
hemos orientado que se empiece a
introducir en la carrera
asignaturas que tengan que ver
con gestión de los medios y
también por cursos de
postgrados. Porque, por ejemplo,
hay temas que han estado
abiertos y la prensa no ha sido
capaz de reflejarlos con una
sistematicidad adecuada. Ahí
está la principal
insatisfacción.
También se han perdido rutinas
de trabajo, procedimientos
clásicos que ordenan el trabajo
de la prensa, que al no usarse
provocan saltos en el proceso
productivo y se reflejan en la
insuficiencia. No se le está
dando toda la participación que
debían tener los periodistas
para analizar y sentirse
partícipes del perfeccionamiento
de cada uno de sus medios. Por
ejemplo, hoy hay pocos medios
que tengan de verdad consejos
editoriales o consejos de
redacción donde haya
participación de la gente en un
debate consciente sobre los
problemas de la prensa. Eso hace
mucha falta, porque los medios
tienen que lograr que todos
participen en la decisión, en el
diseño, en la línea editorial,
en los perfiles, para que puedan
defender eso, sino van a dar la
noticia por la que van a cobrar
y ya. Esa dinámica todavía
falta.
¿La prensa cubana necesita más
crítica o más información?
Creo que necesita las dos cosas.
Soy muy severo con el concepto
de información, mi expresión de
la información es matemática:
información es lo que tiene
incertidumbre. Por ejemplo, la
noticia del acto por el 24 de
febrero no tiene ninguna
información, pues todos los 24
de febrero hay actos y eso es un
recurso muy manido en la prensa;
¿qué tendría información sobre
la fecha? Explicar qué fue el 24
de febrero para los cubanos.
Otro ejemplo, decir que se
inauguró el Teatro Martí ese día
es una información limitada;
ahora, si decimos todo lo que
pasó en ese teatro si daríamos
información.
Por eso yo creo que los medios
cubanos necesitan información y
crítica. La crítica tiene que
ser objetiva, por lo tanto no
podemos medir un periódico
porque tenga tantos trabajos
críticos y tantos no críticos.
Creo que cada trabajo debe tener
un balance de lo positivo y lo
negativo del tema que trate, por
lo tanto también la perspectiva,
o sea, el momento en que está y
si tenemos capacidad para
enfrentarlo o no. Creo que así
toda la prensa estaría
equilibrada, porque a cada tema
lo tratarías con ese equilibrio.
Ni todo es totalmente malo, ni
bueno. Creo que le hace tanto
mal al país que en un medio de
prensa se refleje todo para bien
sabiendo todas las
contradicciones que tenemos en
el país, como que se refleje
todo para mal, cuando también
tenemos virtudes y logros.
En los debates de congresos
anteriores se habló de la falta
de credibilidad de la prensa
cubana. Sin embargo, en el IX
Congreso decía que “no hay falta
de credibilidad por parte de la
población de nuestra prensa (…),
lo que pasa es que esa misma
sociedad que también está en
perfeccionamiento, nos exige
más, nos pide más legitimidad,
necesita esa prensa que en cada
etapa ha desempeñado el papel
para que los acompañe también en
este nuevo momento que estamos
viviendo”.
Creo que sí. Nosotros estamos en
un debate interno por
perfeccionar, pero no por negar.
La negación sería dialéctica,
pero no podemos negar el aporte
de la prensa a la Revolución, el
acompañamiento que ha tenido. Y
tenemos que reconocer también
las circunstancias en que se ha
movido esa prensa, las
circunstancias ideológicas,
sociales y económicas. Nuestra
prensa tiene carencias también
en lo material, producto a la
situación del país.
En nuestra prensa no hay
mentiras. En prensas
internacionales, hay mentiras,
especulaciones, manipulación.
Nuestra prensa es sincera, lo
que a veces no dice toda la
verdad. Creo que a veces limita,
en algunos temas, la verdad,
porque no se profundiza. Pero
nuestra prensa es veraz, por lo
tanto eso le da credibilidad.
Deja insatisfacciones, porque a
veces tiene vacíos informativos
y porque a veces las
problemáticas no las tratan con
toda la integralidad, por lo
tanto no está todo el espectro
que podría tener un tema. Si se
perfeccionan todos estos
elementos esa credibilidad puede
aumentar.
El tiempo para Díaz-Canel, dada
sus responsabilidades, es oro, y
por ello otras preguntas
quedaron en el tintero. Acepta
responder, sin embargo, una de
ellas: ¿Por qué cree que los
jóvenes periodistas han buscado
alternativas a los medios
tradicionales, en los nuevos
espacios del entorno digital,
fundamentalmente?
“Ahí hay varias consideraciones. Primero la visión que pueden tener los muchachos sobre los medios, y lo otro es que los medios no tradicionales, para el carácter revolucionario de los muchachos y las nuevas tecnologías son más atractivos que estos, y está también la relación de los muchachos cuando llegan a los medios”, sintetizó Díaz-Canel.
“Ahí hay varias consideraciones. Primero la visión que pueden tener los muchachos sobre los medios, y lo otro es que los medios no tradicionales, para el carácter revolucionario de los muchachos y las nuevas tecnologías son más atractivos que estos, y está también la relación de los muchachos cuando llegan a los medios”, sintetizó Díaz-Canel.
Nos marchamos satisfechos por el
encuentro con él, que tuvo lugar
en una sala de reuniones del
edificio del Consejo de
Ministros, en la Plaza de la
Revolución, y confiados en que
sobre el tema de los jóvenes
periodistas podamos ahondar en
otro encuentro.
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