Desde la declaración histórica del 17 de diciembre de 2014, Washington ha anunciado algunas medidas destinadas a suavizar el estado de sitio económico que pesa sobre Cuba. Pero el camino es todavía largo.
El
16 de enero de 2015 entraron en vigor las medidas de flexibilización
que anunció Estados Unidos en el marco del proceso de normalización de
las relaciones bilaterales iniciado por los Presidentes Barack Obama y Raúl Castro.
Aunque no ponen término a las sanciones económicas, constituyen una
señal positiva y confirman la voluntad de Washington de acabar con una
política anacrónica, cruel e ineficiente. Dicha política constituye
efectivamente el principal obstáculo al desarrollo de la isla, afecta a
las categorías más vulnerables de la población cubana y suscita la
condena unánime de la comunidad internacional.[1]
La
primera medida concierne las posibilidades de viajar a Cuba. Aunque los
ciudadanos estadounidenses todavía no están autorizados a viajar a la
isla como turistas ordinarios –mientras pueden ir a China, Vietnam o
Corea del Norte-, Washington ha decidido facilitar las estancias en el
marco de 12 categorías específicas autorizadas por la ley (visitas
familiares, oficiales, periodísticas, científicas, educativas,
religiosas, culturales, humanitarias, profesionales, etc.). Así, en este
marco, las agencias de viajes y compañías aéreas estadounidenses ya
pueden ofrecer sus servicios sin requerir una licencia específica por
parte de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, Departamento
del Tesoro). Por otra parte, los ciudadanos autorizados a viajar a Cuba
pueden ahora usar sus tarjetas de crédito en la isla, sin límites de
importe. También están autorizados a llevar hasta 10 000 dólares y traer
hasta 400 dólares de productos cubanos, entre ellos 100 dólares de
tabaco y alcohol[2].
Con respecto a las remesas a Cuba ahora es posible mandar hasta 2.000
dólares mensuales, en vez de los 500 dólares permitidos anteriormente.
No obstante, según la ley estadounidense, los altos funcionarios del
Gobierno y los miembros del Partido Comunista no pueden beneficiarse de
la ayuda familiar procedente de Estados Unidos. Max Lesnik, director de
la revista La Nueva Réplica de Miami, critica esta restricción:
“Durante años acusaron al gobierno de La Habana de dividir a la familia
cubana por razones políticas e ideológicas. Ahora bien, hoy resulta que
es la política estadounidense la que separa a las familias de modo
arbitrario impidiendo que un cubano de Miami brinde apoyo a su madre en
La Habana so pretexto que es militante del Partido Comunista o miembro
del Gobierno”.[3]
Por
otra parte, los ciudadanos estadounidenses pueden también brindar apoyo
financiero a los cubanos en el marco de proyectos humanitarios y de
desarrollo del comercio privado, sin límite de importe.[4]
En
el campo de las telecomunicaciones, las empresas estadounidenses podrán
exportar su tecnología a Cuba en el marco de licencias concedidas por
el Departamento de Comercio. Así, los cubanos podrán adquirir
computadoras, software, teléfonos celulares, televisores, etc. en
Estados Unidos. El sector privado cubano también podrá comprar material
de construcción y equipos agrícolas. No obstante, las empresas
nacionales no tendrán esta posibilidad. Del mismo modo será posible
exportar a Estados Unidos algunas mercancías producidas por el sector
privado cubano. Sin embargo, dado que la inmensa mayoría de la
producción de bienes y servicios procede de empresas estatales, el
impacto de estas medidas resulta muy limitado.[5]
En
el campo financiero, las empresas estadounidenses, comercialmente
vinculadas a Cuba, pueden ahora abrir una cuenta en una institución
financiera de la isla. Finalmente Washington anunció la suspensión de un
aspecto de la ley Torricelli de 1992 que prohibía a todo barco
extranjero que entrara en un puerto cubano viajar a Estados Unidos en
los siguientes seis meses.[6]
Además de estas medidas, el 21 de enero de 2015 Washington mandó a una importante delegación a Cuba encabezada por Roberta Jacobson,
subsecretaria de Estado para los Asuntos Hemisféricos, con el fin de
entablar las primeras conversaciones con vistas a restablecer las
relaciones diplomáticas entre ambas naciones. Se trata de la más
importante visita oficial en treinta años.[7]
El margen de maniobra de Barack Obama
En su discurso en el Congreso, el presidente Obama exhortó a los parlamentarios
a que levantaran las sanciones económicas contra Cuba. “En lo que se
refiere a Cuba ponemos fin a una política que superó su fecha de
caducidad hace mucho tiempo. Cuando lo que hacemos no funciona durante
cincuenta años es tiempo de adoptar un nuevo enfoque”, declaró. “Nuestro
cambio de política respecto a Cuba puede poner término a un legado de
desconfianza en nuestro hemisferio […] y este año el Congreso debe
poner fin al embargo, concluyó Obama.[8]
Es
verdad que desde la adopción de la ley Helms-Burton en 1996, sólo el
Congreso está habilitado para abrogar las distintas leyes sobre las
sanciones económicas y permitir así el restablecimiento de las
relaciones diplomáticas y comerciales normales con Cuba. No obstante,
Barack Obama dispone de numerosas prerrogativas ejecutivas como
presidente de Estados Unidos para flexibilizar considerablemente el
estado de sitio económico impuesto al pueblo cubano, creando licencias
específicas.
Por
ejemplo en 2000, en virtud de sus facultades ejecutivas, Bill Clinton
autorizó la venta de materias primas alimenticias a Cuba, aunque las
condiciones impuestas son drásticas (pago por adelantado, en otra moneda
que el dólar, sin posibilidad de crédito, etc.). Del mismo modo, en
septiembre de 2009 el Presidente Obama puso fin a las restricciones a
las visitas familiares que impuso George W. Bush en 2004 a la comunidad
cubana de Estados Unidos (un solo viaje de 14 días cada tres años y
únicamente para visitar a familiares directos) y favoreció los viajes a
los ciudadanos estadounidenses en el marco de misiones bien definidas
(12 categorías).
Fue
también en ese marco en el que la Casa Blanca anunció una
flexibilización de las restricciones en diciembre de 2014, efectiva
desde enero de 2015. Según Josefina Vidal, directora general para
Estados Unidos del ministerio de Relaciones Exteriores cubano, encargada
de las negociaciones bilaterales con Washington, “el presidente Obama
tiene prerrogativas ilimitadas para vaciar el bloqueo de su contenido
fundamental”.[9]
Así,
en virtud de sus poderes, Barack Obama puede perfectamente autorizar el
comercio bilateral entre Cuba y Estados Unidos y permitir a las
empresas de ambos lados del estrecho de la Florida establecer relaciones
normales. No hace falta ningún acuerdo por parte del Congreso. En
efecto, sólo las filiales de las empresas estadounidenses establecidas
en el exterior no pueden comerciar con la Isla del Caribe sin un acuerdo
parlamentario, por la Ley Torricelli de 1992.
Obama
también puede permitir que Cuba adquiera en el mercado mundial
productos que tienen más del 10% de componentes estadounidenses. En la
actualidad cualquier producto de Francia, Japón, Brasil o China que
tenga más del 10% de componentes estadounidenses no puede venderse a
Cuba. Por ejemplo, La Habana tiene enormes dificultades para renovar su
flota aeronáutica, pues la inmensa mayoría de los aviones vendidos en el
mercado mundial tienen más componentes fabricados en Estados Unidos.
El
presidente también podría autorizar la importación de productos
fabricados en el mundo con materias primas cubanas. Hoy es imposible.
Así, si la empresa alemana Mercedes desea exportar sus vehículos a
Estados Unidos tiene que demostrar al Departamento del Tesoro que no
contienen ni un solo gramo de níquel cubano. Del mismo modo, si Danone
quiere vender sus productos en el primer mercado mundial debe demostrar a
Washington que no contienen ni un solo gramo de azúcar cubano. Estas
limitaciones constituyen un serio obstáculo al desarrollo del comercio
de Cuba con el resto del mundo.
Del
mismo modo la Casa Blanca podría consentir a la venta a crédito de
productos no alimenticios a Cuba. En efecto, si la Ley de Reforma a las
Sanciones Económicas de 2000 hace posible la venta de materias primas
alimenticias a Cuba, prohíbe en cambio la concesión de crédito para
facilitar este tipo de transacción. Obama podría aprobar el uso del pago
diferido para los sectores no alimenticios.
Por otra parte, Obama podría también acceder a que la Isla del Caribe
usase el dólar en sus transacciones comerciales y financieras con el
resto del mundo. En efecto, Cuba se ve obligada a realizar malabarismos
monetarios en el campo del comercio internacional y tiene que soportar
el costo sustancial de las operaciones de cambio en sus relaciones con
otras naciones del mundo. Lo que tiene un impacto financiero importante
en un pequeño país del Tercer Mundo con recursos limitados.
Así,
como se puede ver, el presidente Obama dispone de todas las
prerrogativas necesarias para vaciar de su sustancia las sanciones
económicas contra Cuba y llevar al Congreso a acabar definitivamente con
una política de otro tiempo.
*Doctor
en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris
Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad
de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y
Estados Unidos. Su
último libro se titula Cuba, the Media, and the Challenge of
Impartiality, New York, Monthly Review Press, 2014, con un prólogo de
Eduardo Galeano.
Contacto: lamranisalim@yahoo.fr ; Salim.Lamrani@univ-reunion.fr
Página Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel
[1] The White House, «Fact Sheet: Charting a New Course on Cuba», 17 de diciembre
[2] Ibid.
[3] Entrevista telefónica del 15 de febrero de 2015.
[4] The White House, «Fact Sheet: Charting a New Course on Cuba», op. cit.
[5] The White House, «Fact Sheet: Charting a New Course on Cuba», op. cit.
[6] The White House, «Fact Sheet: Charting a New Course on Cuba», op. cit.
[7] Agence France Presse, “Estados Unidos y Cuba reanudarán diálogo el 27 de febrero en Washington”, 17 de febrero de 2015.
[8] Jim Avila &Meghan Keneally, «President Asks Congress to Lift the Embargo Against Cuba», ABC News, 20 de enero de 2015. http://abcnews.go.com/Politics/president-congress-lift-embargo-cuba-sources/story?id=28358404 (sitio consultado el 15 de febrero de 2015).
[9] Cristina Escobar, «La relación de Cuba y Estados Unidos: una entrevista a Josefina Vidal», Cuba Hoy, 2 de febrero de 2015. https://www.youtube.com/watch?v=C4IhP2pUOCg (sitio consultado el 15 de febrero de 2015).
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