El presidente cubano Raúl Castro en el parlamento cubano. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate. |
Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro
Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y
Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del X
Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional
del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 21 de diciembre de 2017,
“Año 59 de la Revolución”.
Me corresponde realizar las conclusiones del último Período
Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional. En esta
oportunidad abordaré varias temáticas del acontecer nacional e internacional.
Entre los días 8 y 10 de septiembre el país fue azotado por
el huracán Irma, calificado como el evento meteorológico más poderoso y
violento de la historia del Atlántico, que impactó, en mayor o menor medida, a
12 provincias con fuertes vientos, lluvias intensas y severas inundaciones
costeras.
A pesar de las ingentes acciones acometidas para salvaguardar
a la población, que abarcó la protección de más de un millón 800 mil personas,
tuvimos que lamentar la pérdida de 10 compatriotas. Más de 179 mil viviendas
resultaron afectadas y se produjeron significativos daños en las
infraestructuras, edificaciones del sistema nacional de salud, centros
docentes, la agricultura, industria azucarera, instalaciones turísticas y en
las comunicaciones. Por vez primera se produjo la interrupción del sistema
eléctrico nacional en todo el país.
En resumen, los daños ocasionados por el huracán Irma fueron
cuantificados en 13 mil millones 185 mil pesos, cifra calculada a partir de la
paridad del peso con el dólar norteamericano.
Nuevamente se puso de manifiesto el espíritu de resistencia
y victoria de nuestro pueblo, que con organización, unidad, disciplina y
solidaridad enfrentó este evento y la etapa de la recuperación.
En apenas 20 días se restableció el suministro de
electricidad y agua en todo el territorio nacional, actividad en la que, junto
a las fuerzas especializadas, se destacaron las brigadas mixtas de apoyo
conformadas en cada municipio para las labores de limpieza, poda, apertura de
huecos y acarreo de postes en apoyo de los obreros que se ocuparon de
restablecer la electricidad.
Igualmente en tan solo 62 días fueron restablecidas todas
las afectaciones en las instalaciones turísticas, de modo que estuvieron listas
para prestar servicios antes del inicio de la temporada alta.
Nadie quedó desamparado. El gobierno revolucionario adoptó
un conjunto de medidas para facilitar la adquisición de materiales de la
construcción y bienes de consumo de primera necesidad a los damnificados.
Logramos preservar los servicios de educación y salud,
asegurándose la estabilidad epidemiológica.
Se encuentran en ejecución diferentes programas de
construcción de viviendas más sólidas y resistentes en las comunidades que
tuvieron las mayores afectaciones, lo cual se mantendrá como una de las
principales prioridades en el Plan de la Economía Nacional para el próximo año
y en adelante. En este sentido deben potenciarse los recursos locales
disponibles para acelerar la solución al viejo problema de la vivienda.
Es justo reconocer el papel desempeñado por las regiones
estratégicas y sus respectivos jefes, los consejos de defensa provinciales y
municipales, encabezados por los máximos dirigentes del Partido y el Gobierno
en esas instancias, y a nivel de zona de defensa, las organizaciones de masas,
las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el Ministerio del Interior y demás
organismos de la Administración Central del Estado.
Los resultados alcanzados en el enfrentamiento a este
huracán y las experiencias acumuladas ante fenómenos climatológicos similares
en años recientes, confirman la vigencia y validez de la doctrina de la Guerra
de todo el pueblo, y la organización del sistema defensivo territorial y su
sistemático perfeccionamiento, como pilares para resistir y vencer cualquier
evento o amenaza, ya sea proveniente de la naturaleza o de cualquier otra
índole (Aplausos).
Sirva esta oportunidad para reiterar, en nombre del pueblo
cubano, el más profundo agradecimiento por la ayuda y las incontables muestras
de apoyo llegadas desde todas las partes del planeta, mediante jefes de Estado
y de Gobierno, organizaciones políticas, movimientos de solidaridad y amigos de
Cuba.
Pasando a otro tema, aprovecho la ocasión para referirme a
la exitosa realización de la primera etapa del proceso de elecciones generales,
donde resultaron electos los delegados a las asambleas municipales del Poder
Popular, las cuales quedaron constituidas el pasado domingo 17 de diciembre.
Una vez más nuestro pueblo acudió masivamente a ejercer su
derecho al voto, alcanzando en la primera vuelta un 89,02% de asistencia, cifra
similar a la del anterior proceso.
Al propio tiempo, la calidad del sufragio resultó superior,
en comparación con las elecciones efectuadas en el año 2015, al alcanzarse un
mayor por ciento de boletas válidas y por ende cifras inferiores de anuladas y
en blanco.
Este proceso se caracterizó por una mayor preparación,
organización y cohesión de trabajo entre las autoridades electorales en los
distintos niveles, las instituciones estatales, organizaciones de masas y
sociales y la ciudadanía. De hecho constituyó una demostración de respaldo
masivo y confianza del pueblo en la Revolución y la democracia socialista, así
como un digno homenaje a su líder histórico, y así debe ser en la siguiente
etapa que próximamente se convocará.
Como se explicó, en virtud de las graves afectaciones
ocasionadas por el huracán Irma, en medio de la fase de nominación directa de
los candidatos a delegados, nos vimos obligados a modificar las fechas
previstas para las elecciones de delegados a las asambleas municipales del
Poder Popular.
Como consecuencia de lo anterior, en el día de hoy, de
conformidad con la Constitución de la República, esta Asamblea acordó prorrogar
el mandato de los delegados a las asambleas provinciales y los diputados a la
Asamblea Nacional del Poder Popular, con lo cual la instauración del nuevo
Parlamento no se realizará el 24 de febrero, como ha sido habitualmente, sino
el 19 de abril, coincidiendo con el día del triunfo en Playa Girón, que
constituyó la primera gran victoria del socialismo, ya proclamado por Fidel.
En esta sesión rindieron cuenta la Fiscalía General de la
República y el Tribunal Supremo Popular, órganos que por la importancia que
revisten en el fortalecimiento de la institucionalidad y de la disciplina
social requieren el apoyo y la atención permanente en el desempeño de las
misiones encomendadas, así como respetar sus atribuciones, independencia y el
cumplimiento estricto de las decisiones que emitan. Al propio tiempo debe
exigirse a sus integrantes un comportamiento ético y el compromiso invariable
con el pueblo y la Revolución.
En este ejercicio se evidenciaron los avances que ambas
instituciones han demostrado en el cumplimiento de las funciones que les
competen por la Constitución.
Desde el martes pasado los diputados fueron informados
ampliamente sobre la situación económica del país, lo cual me libera de entrar
en detalles en esa materia.
Al intervenir en diciembre del pasado año ante esta Asamblea
alerté que en el año 2017 persistirían las tensiones financieras y retos que
podrían incluso recrudecerse, no obstante preveíamos retomar la senda
ascendente en el desempeño de la economía nacional y lograr un crecimiento
moderado del Producto Interno Bruto en el entorno del 2%.
Como les fue explicado en el transcurso de esta sesión, el
PIB conservó su signo positivo al registrar un crecimiento del 1,6%, resultado
que aunque no nos satisface, ha sido logrado en un escenario agravado de
restricciones financieras, insuficiente disponibilidad de combustibles, a lo
que se suma el nada despreciable impacto de la aguda sequía sostenida durante
tres años y las cuantiosas afectaciones provocadas por el huracán Irma,
cuestión a la que ya me referí.
Tampoco pueden soslayarse los efectos del bloqueo económico,
comercial y financiero del gobierno de los Estados Unidos, que no solo sigue en
pie desde hace más de 56 años, sino que se recrudece bajo la nueva
administración.
El modesto ascenso de la economía se vio favorecido por la
dinámica en el turismo, esfera en la que se impondrá un nuevo récord de
visitantes internacionales de 4 millones 700 mil; incrementos en los sectores
del transporte, comunicaciones, agricultura y las construcciones,
fundamentalmente.
Los principales programas de inversiones vinculados con el
desarrollo de las infraestructuras y la ampliación de las fuentes de ingreso
externas tuvieron un comportamiento aceptable.
En medio de las tensiones financieras se aseguró la
vitalidad de los servicios sociales que se brindan gratuitamente a todos los
cubanos.
Igualmente se ha preservado el equilibrio financiero
interno, con mayores ofertas en la red de establecimientos minoristas, que
aunque todavía insuficientes, permiten mejorar la respuesta a la creciente
demanda de la población.
El Plan de la Economía y el Presupuesto del Estado para el
año 2018 aprobados hoy por este Parlamento, estiman un crecimiento del Producto
Interno Bruto en el entorno del 2%, lo que presupone garantizar el uso eficiente
de los recursos financieros y materiales disponibles, elevar los ingresos por
exportaciones, aumentar las producciones nacionales, en particular de
alimentos, sin renunciar a los programas de desarrollo que están en marcha para
generar ingresos y nuevas fuentes de empleo.
El próximo año será también complicado para las finanzas
externas de la nación, sin embargo, mantendremos el firme propósito de
continuar recuperando gradualmente la credibilidad internacional de nuestra
economía. Aprovecho la oportunidad para reiterar a los acreedores la voluntad
de cumplimentar los compromisos asumidos en los diferentes procesos de
reordenamiento de la deuda externa.
Proseguiremos el esfuerzo de reducir paulatinamente la
cartera de pagos corrientes vencidos a nuestros proveedores, a quienes
agradecemos el apoyo y comprensión de las dificultades transitorias que
afrontamos.
Igualmente debemos consolidar la todavía incipiente
participación de la inversión extranjera en nuestra economía, dirección que en
el transcurso del año 2017 mostró resultados superiores, pero ciertamente es
todavía insuficiente.
En el día de hoy los diputados, al igual que hicimos ayer en
el Pleno del Comité Central, evaluaron el estado de la implementación de los
Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
En el período analizado culminó el proceso de elaboración de
las versiones finales de los documentos programáticos presentados al Séptimo
Congreso del Partido y se valoró con espíritu crítico el comportamiento de la
implementación de las políticas aprobadas a partir de las experiencias
obtenidas, con el objetivo de corregir las desviaciones y violaciones que se
pusieron de manifiesto.
Se ha trabajado con intensidad en la elaboración de las
normas jurídicas que perfeccionan las formas de gestión no estatales, dígase el
trabajo por cuenta propia y el experimento de las cooperativas no
agropecuarias.
No resulta ocioso en este sentido, ratificar que no
renunciamos al despliegue y desarrollo de las formas de gestión no estatales en
nuestra economía. Ni retrocederemos ni nos paralizaremos, pero hay que asegurar
el respeto a la Ley, afianzar los resultados positivos y enfrentar con firmeza
las ilegalidades y la violación de la política vigente; en otras palabras, debemos
asegurar que los cambios en esta esfera se implementen bien, y rectificar
resueltamente toda desviación que nos aparte del camino escogido.
Al propio tiempo, se ha dado cumplimiento a las medidas
aprobadas para la transformación paulatina y el perfeccionamiento del sistema
empresarial estatal, que como todos sabemos es la forma principal de propiedad
en la economía nacional socialista.
En días recientes fueron publicadas las nuevas normas
jurídicas sobre el sistema empresarial cubano, lo que representa un paso más en
el objetivo de separar las funciones estatales de las empresariales e
incrementar la eficiencia y organización, otorgándole mayor autonomía en su
gestión.
Actualmente se realizan las acciones de capacitación y
divulgación para facilitar la implementación de las normas jurídicas
publicadas.
Aunque la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria
por sí misma no solucionará mágicamente todos los problemas acumulados en la
economía cubana, constituye el proceso más determinante para avanzar en la
actualización del modelo económico por el impacto que tendrá en todas las
esferas del quehacer económico y social de la nación. Sin resolver eso es
difícil avanzar correctamente.
En este período se ha reforzado e intensificado el trabajo
con una mayor integralidad y alcance, de modo que seamos capaces de, a la par
que unificamos el sistema monetario, superar las distorsiones existentes en
materia de subsidios, precios y tarifas mayoristas y minoristas y, como es
lógico, las pensiones y los salarios del sector estatal de la economía.
Nadie puede calcular, ni el más sabio de los sabios que
tengamos nosotros, el elevado costo que ha significado para el sector estatal
la persistencia de la dualidad monetaria y cambiaria, la cual favorece la
injusta pirámide invertida, donde a mayor responsabilidad se recibe una menor
retribución y no todos los ciudadanos aptos se sienten motivados a trabajar
legalmente, al tiempo que se desestimula la promoción a cargos superiores de
los mejores y más capacitados trabajadores y cuadros, algunos de los cuales
emigran al sector no estatal.
Debo reconocer que este asunto nos ha tomado demasiado
tiempo y no puede dilatarse más su solución (Aplausos).
Al igual que en otras ocasiones, me parece oportuno ahora
hacer un breve balance de algunos de los principales temas de la política
exterior.
En 2017 hemos sido testigos de un serio e irracional
deterioro en las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba. Nuestro país no es
en lo absoluto responsable de este retroceso, marcado por el recrudecimiento
del bloqueo, el regreso de la retórica agresiva e irrespetuosa y la arbitraria
aplicación de medidas injustificadas que afectan sensiblemente los vínculos
entre los pueblos y las familias, así como los derechos y libertades de los
cubanos y los estadounidenses.
Las decisiones adoptadas por el gobierno de los Estados
Unidos en los últimos meses, no solo interrumpieron el proceso iniciado por
decisión soberana de ambos países para avanzar hacia un nuevo tipo de relación,
por primera vez en su historia, basado en el respeto y la convivencia
civilizada, sino que han abierto nuevos frentes de tensión.
En este retroceso, los Estados Unidos acuden nuevamente a la
fabricación artificial de pretextos que justifiquen el regreso a políticas
fracasadas y universalmente rechazadas.
Reitero categóricamente que Cuba no tuvo ni tiene
responsabilidad alguna en los incidentes que se alega habrían afectado la salud
de diplomáticos acreditados o de otros visitantes extranjeros.
Los resultados de las investigaciones cubanas y
estadounidenses, que hasta ahora no han encontrado la más mínima evidencia de
las causas y el origen de las afecciones de salud descritas, así lo confirman.
No ha sido Cuba la que ha establecido nuevas prohibiciones a
los muy limitados vínculos económicos, comerciales y financieros existentes
entre los dos países, ni quien ha vuelto a restringir el derecho de los
ciudadanos estadounidenses a visitar nuestro país y de los cubanos a los
Estados Unidos, ni la que ha perjudicado el funcionamiento de las embajadas,
con consecuencias negativas para las relaciones migratorias, los intercambios y
los viajes entre ambas naciones.
No debemos olvidar que la política adoptada por el nuevo
gobierno de los Estados Unidos tiene la oposición del pueblo estadounidense y
de la comunidad internacional, que se expresó claramente el pasado primero de
noviembre en la Asamblea General de las Naciones Unidas al depositar su voto,
de forma casi unánime, con la excepción de Estados Unidos e Israel, a favor de
la resolución presentada por nuestro país sobre la necesidad de que se ponga
fin al bloqueo económico, comercial y financiero por parte del gobierno de los
Estados Unidos, que el pueblo cubano sufre desde hace más de 56 años.
Tampoco tiene el apoyo de la mayoría de la emigración
cubana, que se ve afectada también por decisiones que solo favorecen a sectores
retrógrados minoritarios, interesados históricamente en conducir a ambos países
hacia una confrontación.
Por nuestra parte, hemos hecho esfuerzos y continuaremos
trabajando para preservar, en la medida de lo posible, los espacios de
intercambio y cooperación establecidos en los últimos años y, como he dicho en
repetidas ocasiones, Cuba tiene la voluntad de continuar negociando los asuntos
bilaterales pendientes con los Estados Unidos, sobre la base de la igualdad y
el respeto a la soberanía y la independencia de nuestro país, y proseguir el
diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés común con el gobierno
estadounidense.
La Revolución Cubana ha resistido los embates de 11
administraciones de los Estados Unidos de distinto signo y aquí estamos y
estaremos, libres, soberanos e independientes (Aplausos).
Nuestra región latinoamericana y caribeña sufre los ataques
del imperialismo y de las oligarquías con el objetivo de hacer retroceder la
historia y quebrar los avances logrados por las fuerzas populares durante los
últimos años.
La Revolución Bolivariana enfrenta la guerra no convencional
que le imponen sus enemigos externos y sectores golpistas internos.
Los resultados de los recientes procesos electorales
ratifican la legitimidad y el carácter democrático del gobierno encabezado por
el presidente constitucional Nicolás Maduro Moros y la unión cívico-militar.
Rechazamos las medidas coercitivas unilaterales impuestas
por los Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea y la injerencia externa
contra el proceso bolivariano y chavista de Venezuela que amenazan la paz y el
diálogo entre venezolanos con propósitos desestabilizadores y generan penurias
económicas a su población.
Algunos gobiernos del hemisferio, en complicidad con
personeros de la desprestigiada OEA, intentan aplastar a Venezuela. La Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América reiteró, mediante la
declaración de su Consejo Político, reunido en La Habana en días recientes, que
permaneceremos unidos junto a ella.
La Revolución Cubana padeció por décadas etapas parecidas y
aún peores en algunas ocasiones. Con esa experiencia y fieles a nuestros
principios, ratificamos la invariable solidaridad con la República Bolivariana
de Venezuela. Mantendremos la cooperación con el gobierno y el pueblo
venezolanos, aun bajo las circunstancias más adversas. Haremos todo lo que esté
en nuestras manos para cumplir el deber revolucionario de contribuir a la
victoria de la Revolución bolivariana y chavista (Aplausos).
Nunca faltaremos a la lealtad y gratitud que sentimos hacia
el presidente Hugo Chávez Frías por su apoyo y solidaridad en momentos
difíciles.
Asimismo, reiteramos nuestro respaldo a la senadora Cristina
Fernández de Kirchner que, como ustedes conocen, fue presidenta de Argentina, y
al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, hoy acosados por la oligarquía con
procesos judiciales motivados políticamente.
En este escenario cada vez más complejo, los países de la
América Latina y el Caribe tenemos el deber de avanzar hacia la integración
política, económica y social de Nuestra América. Como he afirmado en diversos
foros, trabajar por la “unidad dentro de la diversidad” es una necesidad
impostergable.
Cuba no escatimará esfuerzos para que la CELAC, como
mecanismo genuinamente latinoamericano y caribeño, siga promoviendo los
intereses comunes de la región. En ese propósito, los postulados de la Proclama
de América Latina y el Caribe como Zona de Paz deberán continuar siendo el
referente en las relaciones entre los países de la CELAC, y del resto del mundo
con nuestros Estados.
Como se ha informado, hace pocos días efectuamos la Sexta
Cumbre Caricom-Cuba en Antigua y Barbuda, que demostró no solo el elevado nivel
de relaciones entre las naciones caribeñas y nuestro país, sino también la
importancia de la cooperación y la solidaridad mutuas que mantenemos desde hace
décadas.
Deseo reiterar el permanente apoyo a los hermanos caribeños,
víctimas de devastadores fenómenos naturales como los huracanes Irma y María.
Demandamos al propio tiempo un tratamiento justo y diferenciado para los
Estados del Caribe, que hoy sufren los dramáticos efectos del cambio climático,
y reafirmamos nuestra convicción de que es preciso enfrentar decisivamente ese
fenómeno por parte de todos.
En la misma medida en que se manifiestan sus nefastas consecuencias,
resulta más incoherente la posición del Presidente de los Estados Unidos de
retirarse del Acuerdo de París, lo que contrasta con la actitud del resto de la
comunidad internacional, reunida en Francia el pasado 12 de diciembre en la
Cumbre convocada por el presidente Emmanuel Macron y las Naciones Unidas.
Considero necesario dedicar unas palabras a la situación de
Palestina.
Ratifico nuestra profunda preocupación y rechazo a la
decisión unilateral del gobierno de los Estados Unidos de reconocer a la ciudad
de Jerusalén como capital del Estado de Israel, lo que constituye una grave
violación de las resoluciones de Naciones Unidas sobre el tema, y del Derecho
Internacional.
Esta medida, repudiada de manera generalizada por la
comunidad internacional, agudiza aún más las tensiones en el área y aleja las
posibilidades de cualquier esfuerzo dirigido a reanudar las conversaciones de
paz entre israelíes y palestinos.
Reafirmamos el irrestricto apoyo a la búsqueda de una
solución amplia, justa y duradera al conflicto, basada en la creación de dos
Estados, que asegure el ejercicio del derecho inalienable del pueblo palestino
a la libre determinación, y a disponer de un Estado independiente dentro de las
fronteras anteriores a 1967, con su capital en Jerusalén Oriental.
Finalmente, reitero con toda energía y convicción que
nuestro país seguirá manteniendo sus posiciones de principios en todos los
aspectos de las relaciones internacionales, a favor de los derechos de los
pueblos, de la paz, la justicia y de la solidaridad con las mejores causas de
la humanidad (Aplausos).
Finalmente, compañeras y compañeros, deseo ratificar lo ya
expresado por mí en el Sexto y Séptimo congresos del Partido acerca de la
conveniencia de limitar a dos términos de cinco años el ejercicio de los
principales cargos de la nación. En consecuencia, cuando la Asamblea Nacional
del Poder Popular se constituya el 19 de abril del próximo año, habrá concluido
mi segundo y último mandato al frente del Estado y el Gobierno y Cuba tendrá un
nuevo presidente.
Solo me resta desear a ustedes y a todo nuestro pueblo las
más calurosas felicitaciones con motivo del año nuevo, año 60 de la Revolución.
Muchas gracias (Ovación).
(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)
Tomado de Cubadebate
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