No sé si un día llegue a conocerlos personalmente. Ni siquiera sé si alguna vez llegarán a leer estas líneas, entre tantas que les han escrito y dedicado.
Aún así quiero darles las gracias. Gracias por su valentía y altruismo. Gracias por su amor hacia todos los que vivimos en esta Isla. Gracias por su sacrificio. Gracias por salvar las vidas y bienes de tantos compatriotas.
Por el amor y el coraje de hombres y mujeres como ustedes, mis hijos pueden dormir tranquilos, levantarse cada día y asistir a sus escuela, jugar con sus amigos del barrio.
Hoy se cumplieron 14 años de su detención. El 12 de septiembre de 1998, la injusticia y el odio se hicieron cómplices para enviarlos tras las rejas de prisiones norteamericanas, con acusaciones carentes de fundamento.
Un juicio amañado, sentencias crueles, inhumano tratamiento, amenazas contra sus vidas... todo eso y más han soportado. Y siguen de pie, firmes, optimistas.
Gerardo, Ramón, René, Fernando y Tony, no podía dejar pasar este día sin agradecerles todo lo que hicieron y aún hacen por nosotros. Y decirles que estamos comprometidos a seguir reclamando su regreso.
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