¿Quiénes son nuestros compañeros? (Parte I: ¿Victimarios, o víctimas?)
He escrito antes sobre Fernando Ravsberg. Por
ejemplo, comenté su cuestionario a Guillermo Fariñas, por los días en que
el amigo de Luis Posada Carriles
se ufanaba del muy cuestionable Premio Sajárov del Parlamento Europeo. Estas
eran las preguntas a Fariñas de nuestro periodista crítico por la época en que
acusaba a los medios cubanos de “periodismo adulón”:
- ¿Como se siente después de recibir este premio?
- ¿Por qué cree que se lo otorgaron?
- ¿Qué le parece el papel de la Iglesia Católica?
- ¿Qué piensas del cambio en la cancillería española?
- Se acusa al gobierno cubano de estar desterrando a los presos políticos que excarcela ¿Qué cree usted al respecto?
- ¿Que hará en el futuro?
(Ver el post “Un hombre de talento“). No
había el menor matiz crítico para Fariñas pero en esas mismas fechas
Ravsberg comparaba con Torquemada y Stalin
a uno de los proyectos más prestigiosos y auténticamente críticos de la
intelectualidad cubana, la revista Temas, y su director Rafael Hernández
le respondía desde el sitio Cubadebate.
Su habitual olfato periodístico y profesionalidad no
impidió a Ravsberg ser el primero en reportar al mundo la “huelga de hambre del
aguacate” que tanto hizo reír a los cubanos allá por septiembre de 2012
para luego callar disciplinadamente cuando se supo el escandaloso destape de
aquella farsa (#Elagroporlaventana, nuevo éxito humorístico en #Cuba, ¿será
censurado? (+ video). Entonces escribió no sin cierto
dramastismo pero sin ningún sentido crítico acerca de aquel
acontecimiento que quedará en los anales del humor nacional:
“Entre los huelguistas se encuentran 7 prisioneros
políticos y 5 opositores que están en libertad. El caso más peligroso es el de
Marta Beatriz [Roque] dado que sufre de diabetes y podría entrar en crisis
apenas 48 horas después de iniciada la huelga.
“Sin embargo, la opositora de 63 años pidió que no se
le de atención médica ni se la alimente de forma parenteral. Aseguró que
la huelga será hasta las últimas consecuencias y que están dispuestos
a morir si el gobierno no responde a sus reclamos.”
¿Qué escribe bien? Cierto. ¿Qué ha sabido aprovechar
inteligentemente vacíos y errores de la prensa cubana y que no tuviera el
predicamento que tiene si nuestra prensa fuera la que debe ser? También
cierto. Tan cierto como que, en palabras de Enrique Ubieta,
gusta “de poner una de arena, para justificar dos de cal” y a veces, como en
este caso, la cal puede quemar.
Lo que ahora buscó contra quienes acudieron desde Cuba
a los Foros de la Sociedad Civil en Panamá ya lo hizo con la delegación al
Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Ecuador (Ver Trampas para blogueros y cartas… ¿para quién?).
Pero no han sido estas dos las únicas veces que ha intentado, cual si creyera
manejar a los usuarios cubanos de las redes sociales con un ecualizador,
regular su comportamiento y enfrentarlos entre sí:
“Cuando -luego del cambio de la política migratoria cubana- se produjo la estampida
viajera de los “opositores” que Estados Unidos paga para un “cambio
de régimen” en Cuba, el bloguero de Cartas desde Cuba salió en
defensa desde el portal BBC Mundo de los viajeros
financiados por la política estadounidense, llamando “blogueros
progubernamentales” a quienes denunciaron esa maniobra que ya sabemos de qué
fue. Entre sus defendidos de entonces estuvo Eliecer Ávila, un personaje al que la sagacidad
periodística del corresponsal de BBC hizo tempranamente famoso.”
Gracias a su objetividad, los lectores de Fernando
Ravsberg todavía no se han enterado de si los protagotanistas de la “huelga de
hambre” de Martha Beatriz Roque y sus acompañantes -dispuestos a morir comiendo
miles de calorías diarias- están vivos o muertos. Tampoco han sabido por él que
Eliécer Ávila -quien según Ravsberg “no
entendía que se le prohibiera visitar el lugar donde cayó el Che en Bolivia”-
ha dado la vuelta al mundo pagado por potencias extranjeras pero aún no ha
puesto un pie en el altiplano de los quechuas y los aymaras.
Un comentario de Diego M.
Vidal, periodista argentino que fue su colega de la prensa extranjera en Cuba,
habla de sus tiempos como corresponsal de la emisora hispana en EE:UU. TeleMundo:
“…en el 2003/2004 armó una bronca en [el mercado de
Carlos III] para que un guardia lo sacudiera un poco y después hizo que su
mujer llamara a la prensa internacional diciendo que le habían disparado… toda
una mentira enorme que en ese entonces montó para Telemundo de Miami para
quienes trabajaba…. varias veces amagó con irse de Cuba pero ahora la juega del
buenito”.
Cuando se sintió bien colocado desde BBC Mundo,
Ravsberg pasó el límite que
sabía no le iban a permitir y puso en escena su salida de allí como
un acto de valentía y censura por su posición crítica hacia Estados Unidos ¿No
se parece eso demasiado a la dramaturgia de su bronca en Carlos III?¿Por qué no
lo hizo antes sino justo cuando desde la BBC ya había posicionado su
blog personal con el mismo nombre del que operaba en la corporación británica y
estaba colocado como corresponsal del diario español Público, donde
refritaba hacia la izquierda sus trabajos en BBC? ¿Por qué ahora?
¿No era más urgente haber hecho esas denuncias sobre violaciones de derechos
humanos por EE.UU. con W. Bush en el poder que con Barack Obama? Pronto sería contratado
como editor de OnCuba, un proyecto que el bloguero de Miami Emilio Ichikawa
caracteriza de la manera siguiente:
“La mezcla de la promoción de negocios con Cuba (y el
levantamiento del bloqueo/embargo), con la incursión ocasional en la crítica
del régimen político cubano, es el eje de la estrategia editorial de la revista
OnCuba, de Hugo Cancio.
“Cancio, que es una persona habilidosa, le ha sabido
cazar la pelea al oficialismo cubano cada vez que este ha resbalado en una
decisión impopular; por ejemplo: el cierre de los cines 3-D, el cierre de las
“trapi-shoping” o los astronómicos precios oficiales con que salieron los
autos.
“Esta tercera posición, llamada de “centro” o
“moderada”, suele ser en las transiciones la más artera a la vez que la más
“exitosa”.
No es su nacionalidad extranjera, sino quién le paga y
la coyuntura política lo que condiciona lo que Ravsberg escribe. Siendo la hora
de la “tercera vía” en la política
de EE.UU. hacia Cuba, Ravsberg creyó encontrar la oportunidad para imponer lo
que fue el diseño principal de esa política de cara a la Cumbre en Panamá: si
hay diálogo entre los gobiernos de Cuba y EE.UU. debe haberlo también “entre
cubanos”, entendido como el diálogo con la contrarrevolución que estos últimos
pagan. Ese era el titular prediseñado, como
detalla el historiador Elier Ramírez:
“La noticia que quería fabricarse era obvia: “Panamá
como sede histórica de la reconciliación entre el gobierno de los Estados
Unidos y Cuba y -de paso- entre los partidarios del régimen y la oposición
interna”
Y Elier da en el clavo cuando dice:
“Ravsberg se equivoca cuando trata de contrastar el
hecho de que Raúl y Obama sí pudieron dialogar, mientras la delegación cubana a
los foros paralelos fue intolerante, incivilizada, expresión del pasado, al
negarse a hablar con los enemigos. “En ese contexto regional es un suicidio
político proclamar: nosotros no dialogamos con nuestros enemigos”, señala Ravsberg.
No sé de dónde tomó la frase; pues al menos yo no la escuché en ningún momento
en voz de mis compañeros. Lo que sí se reiteró es que no se dialogaría con
mercenarios, que tienen la agenda de quienes les pagan. No son interlocutores
creíbles. En su mayoría incluso se oponen al cambio de política iniciado por
Obama y al levantamiento del bloqueo.”
Sólo discrepo con Elier cuando afirma “Ravsberg se
equivoca”. Ravsberg no se equivoca, él hace su trabajo. Su postura no tiene
nada que ver con si hubo más o menos tolerancia con la contrarrevolución en la
Cumbre de Panamá sino con la descalificación de nuestro sistema político donde,
según él, “no hay espacio para la mayoría de las cubanos”. Previo a la Cumbre
de Panamá se le escapó su verdadera opinión al decir a Harold Cárdenas Lema,
del blog La Joven Cuba, en Facebook:
“Es que solo va la sociedad civil que apoya totalmente
al gobierno y la que lo rechaza de forma drástica. Lamentablemente en Cuba aun
no hay espacio para la mayoría de los cubanos que se ubican en medio de esos
extremos.”
Harold le respondió
desmarcándose de la cómoda equidistancia donde Ravsberg lo quería colocar, “también desde la crítica, como hacemos nosotros… se
“apoya totalmente al gobierno”. Estoy orgulloso de ese apoyo, lo que
lamentablemente no sea con la dosis de obediencia que algunos esperan. No creo
que Guiteras o Mella nos enseñaran a hacerlo de otra manera.”
Gracias a Harold por hacerme imaginar lo que dirían
los nada equidistantes Mella y Guiteras de nuestro
compañero Ravsberg. Como argumenté extensamente en el post “Cuba: La hoja de ruta y la tecera vía“, con
la contrarrevolución visiblemente desprestigiada ante los cubanos hay un plan
de construcción de una equidistancia imposible entre los que sirven
explícitamente a Estados Unidos y la instituciones de la Revolución, donde
deben aflorar los ejecutores de la ¿nueva? estrategia. Es parte del diseño que
se hizo previamente a la Cumbre de Panamá y fue expuesto poco antes y
argumentado en El Nuevo Herald de
Miami: ni muy rápido ni muy despacio, ni cambios exclusivamente económicos ni
exclusivamente políticos, ni “oficialistas”, ni “disidentes”…
Por qué Ravsberg -en vez de llamar a un diálogo entre
asalariados de EE.UU. y patriotas cubanos, haciéndolo equivaler con el
sostenido entre Obama y Raúl- no dice que el presidente Raúl Castro expresó en la Cumbre del ALBA en
Caracas sobre la participación de los revolucionarios cubanos en
Panamá:
“La sociedad civil cubana será la voz de los sin voz y
desenmascarará a los mercenarios que presentarán allí como sociedad civil de
Cuba y a sus patrones.”
Sus elogios a Raúl, seguidos de sus ataques a la
delegación de la sociedad civil cubana a Panamá, como sus alabanzas al compañero Díaz Canel
-dignas de aparecer en la revista Corea hoy-, seguidas de sus
cuestionamientos al Departamento ideológico del Comité Central del Partido que
éste atiende como Miembro del Buró Político, ilustran el equilibrismo del que
sabe nadar y guardar la ropa.
Creo que sí, que debemos revisar autocríticamente el
funcionamiento de nuestra prensa y particularmente el manejo que hicimos de las
posibilidades de internet para la comunicación política en un escenario tan
complejo como los Foros paralelos a la Cumbre de Panamá, a la que salvó de
cualquier distorsión la estelar e incensurable intervención de Raúl en la
reunión de presidentes, pero no siguiendo el dictado de quien dista de
compartir nuestros objetivos.
Dos comentarios en Cubadebate al
texto de Elier replicado allí dan, desde una perspectiva comprometida con la
verdad, el rumbo para lo que debemos mejorar:
Maria Jimenez dijo:
Mas claro ni el agua. Lo unico que te falto para
estamparlo fue poner los vinculos a los datos que refieres, como los videos en
youtube o los tabloides o entrevistas. Una idea, si ya sabemos que la prensa
esta para el show y que va a sesgar u ocultar la informacion que le damos por
qué no grabar nosotros mismos esa informacion en el momento que se la damos y
luego publicarla nosotros mismos en youtube, blogs, o canales similares. Quiero
decir, qué tan dificil puede ser que cuando uno de nosotros este dando una
declaracion, otro este grabandolo aunque sea con un telefono y luego no importa
si los medios intentan ocultarlo, nosotros mismos lo publicamos. Hasta sin editar,
vaya. Ahora mismo, esas mismas provocaciones que expones, las cosas que
hicieron, que sucedieron, tu mismo dices que la prensa estaba alli, de
antemano, presta para coger lo que “iba” a pasar y como no pasó nada, pues no
se enteró nadie. Bueno, pues por qué no hacer lo mismo nosotros? Vamos a grabar
lo que en realidad sí paso y lo ponemos en el aire.
joseantonio dijo:
Elier: Gracias por tu artículo, muy esclarecedor. A
los demás foristas comentarles que el Sr. F. Ravsberg no es ningún improvisado,
es un buen periodista, solo que trabaja para medios que adversan a Cuba, por lo
que, si pretende cobrar, otra cosa no puede escribir.
Coincido con María Jiménez, hay que ser proactivos. Nuestros medios y sus periodistas deben ser dotados de más independencia, poder de decisión y responsabilidad sobre su política editorial, para que tomen sus riesgos, estén siempre a la ofensiva y no a la riposta, pues cuando desde otros medios nos tergiversan los hechos, cuesta más trabajo realizar el control de daños.
Coincido con María Jiménez, hay que ser proactivos. Nuestros medios y sus periodistas deben ser dotados de más independencia, poder de decisión y responsabilidad sobre su política editorial, para que tomen sus riesgos, estén siempre a la ofensiva y no a la riposta, pues cuando desde otros medios nos tergiversan los hechos, cuesta más trabajo realizar el control de daños.
Eso lo saben
muy bien los periodistas extranjeros y, sobre todo, los que ejercen su
profesión desde nuestro país.
Repito que como sugirió hace algún tiempo El
heraldo de Cuba, en un post titulado “Mami, ¿qué será lo que quiere
Ravsberg?“: “una lectura avisada de sus posts revela que más
que “Cartas desde Cuba” se trataría de “Cartas a los cubanos”” con los
ingresos, los recursos y el posicionamiento que le ofrece su labor para un
medio extranjero.
Fernando Ravsberg no puede ser para nada una víctima
de los jóvenes que han sido descritos por él en equivalencia con terroristas,
asesinos y asalariados de EE.UU. y a quienes cuestionó su representatividad:
“¿Entonces a quién representan esos
dos grupos que aparecieron en Panamá a nombre de la “sociedad civil
cubana” y terminaron dando un lamentable espectáculo de provocaciones, insultos
y golpes, el cual recorrió el mundo empañando la imagen de la nación?
“Por parte de Cuba fueron dirigentes de organizaciones
de la sociedad civil, los cuales desconozco cómo se escogieron. Lo que sí quedó
muy claro es que no representan el espíritu mayoritario de la sociedad, aunque
sean representantes institucionales.”
En todo caso sería víctima de sí mismo, de sus
manipulaciones e intereses. Deberíamos preguntarnos si quienes fueron víctimas
de semejante insulto no pueden contestar y tratar de establecer respetuosamente
la verdad sin que caiga sobre ellos la acusación de ser cazadores de brujas.
Muy mal andamos y peor estaremos si pedimos a nuestros jóvenes que callen
cuando la calumnia se lance sobre ellos y las instituciones que le confian su
representación.
Ellos no han golpeado a nadie ni dicho ninguna mentira
sino que han intentado
establecer la verdad escamoteada sobre lo ocurrido en Panamá y como
dice Paco Ignacio Taibo II en su excelente serie para TeleSUR son, en esta
disputa, “Los nuestros”.
Ravsberg, creo yo, no es nuestro compañero. Aunque tal
vez sí lo sea de otros, los que antes de la Cumbre de las Américas ya andaban
diciendo, como él, que aquí “no hay espacio para la mayoria
de los cubanos”. Es curioso, cuando el ecuatoriano Rafael Correa decía en Panamá -recordando a José Martí– “ha llegado para América Latina
la hora de su segunda independencia”, algunos creen que para Cuba es el momento
de “ni con esto ni con aquello”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario