Firma del acuerdo para ofrecer el servicio de Google
Global Cache en Cuba. Foto: Jose M. Correa |
Por Omar Pérez Salomón - Reblogueado desde La pupila insomne -
El pasado 12 de diciembre la Empresa de Telecomunicaciones
de Cuba, ETECSA, firmó con la empresa
propietaria de la marca Google, cuyo principal producto es el motor de búsqueda
del mismo nombre, un acuerdo de servicio donde no hay relación comercial y cada
parte asume los costos generados por la implementación del mismo. El trato
permitirá que los usuarios cubanos de Internet que utilizan los servicios de
Google aprecien una mejora en la velocidad y calidad en el acceso a esos
contenidos y productos de su interés, una optimización de las capacidades de la
red internacional del país y del tráfico hacia el exterior. Es otro paso en el
objetivo de hacer irreversible lo alcanzado en el proceso de normalización de
las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Pero como es de
suponer trae riesgos que hay que enfrentar en aras de lograr los propósitos
citados anteriormente. Para nadie es un secreto que esta empresa estadounidense
no hace nada gratis y que el acuerdo le permitirá recolectar con mayor
precisión los metadatos y datos de sus usuarios cubanos: información con las
opiniones, gustos, formas de pensar, patrones de comportamiento, es decir, un
conocimiento valioso sobre nuestro comportamiento, idiosincrasia y cultura, y
proveerlo a empresas con el objetivo de realizar análisis de mercado y
publicidad comercial, así como a los Servicios Especiales y Agencias del
gobierno de EE.UU para utilizarlos en acciones subversivas, como ya sucede con
nuestro país y en otros con gobiernos progresistas, asunto que ha sido
denunciado por personas como Edward Snowden, Julian Assange y Chelsea Manning.
Le he escuchado decir a varias personas que con este acuerdo
sí vamos a lograr ampliar el acceso a Internet y ven a Google como la panacea
que va resolver los problemas en el acercamiento a estas tecnologías. Nada más
lejos de la realidad.
Necesitamos avanzar rápido en la informatización de la
sociedad cubana, en la construcción de un país fuerte en Internet como base
para lograr el crecimiento económico, el desarrollo, para generar cultura y
conocimientos, acceder a la comunicación y al sano entretenimiento. Todo ello
tiene como factores claves alcanzar una infraestructura de telecomunicaciones
que permita un acceso amplio de las grandes mayorías, la generación de
contenidos y el desarrollo de talentos, que además tributen a fortalecer
nuestra soberanía tecnológica.
Para ello se necesita ejecutar grandes inversiones que
precisan de millones de dólares y que necesariamente hay que buscarlos por la
vía de incrementar la exportación de estos servicios, teniendo en cuenta que
una parte de los ingresos de ETECSA se utilizan para satisfacer necesidades
básicas de la población cubana.
Las limitaciones en el acceso a Internet en Cuba son
económicas y tecnológicas. Lo que se ha hecho es insuficiente pero ha sido en
medio de las multas millonarias del gobierno estadounidense a las compañías que
nos venden tecnología y a los bancos que tramitan nuestras transacciones
financieras, y ejerciendo una presión descomunal sobre las empresas del sector
que son socias estratégicas de la operadora cubana.
En esa situación, ha primado el acceso colectivo a la
red de redes y se trabaja por crear las condiciones técnicas para dar respuesta
a la creciente demanda individual. Pienso que en este sentido es necesario
avanzar con más agilidad; pero hay que hacerlo de manera que el servicio tenga
calidad, sea sostenible, perdurable y seguro.
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