Por vigesimoquinto año
consecutivo, la Asamblea General de las Naciones Unidas expresó su condena del
bloqueo económico, comercial y financiero que Washington impone a Cuba desde
hace más de medio siglo. Las sanciones obsoletas –se remontan a la Guerra
Fría–, inmorales –afectan a las categorías más vulnerables de la población
civil– e ilegales –por su alcance retroactivo y extraterritorial– constituyen
el principal obstáculo al desarrollo de la isla.[1]
De los 193 países presentes en el
encuentro anual, 191 exhortaron a Estados Unidos a poner fin al castigo
infligido a la población cubana y que afecta a todos los sectores de la
sociedad.
Por primera vez desde 1992, año de la presentación inicial por Cuba
de la resolución que exige la eliminación de las medidas de retorsión económica
impuestas desde 1960, Washington decidió abstenerse durante el voto,
reconociendo así el fracaso de su política de hostilidad hacia los cubanos así
como la realidad de su aislamiento en la escena internacional. Israel, que
siempre siguió el voto de Estados Unidos, también optó por la abstención[2].
Samantha Power, representante de Estados Unidos en las Naciones Unidas,
anunció durante su alocución la decisión de la Casa Blanca de no rechazar el
texto de resolución como los años anteriores:
“Durante más de 50 años, Estados
Unidos ha aplicado una política destinada a aislar al Gobierno de Cuba. Desde
hace más de un cuarto de siglo, los miembros de las Naciones Unidas han votado
de modo unánime a favor de la resolución […] que condena el embargo de Estados
Unidos. […] En vez de aislar a Cuba, […] nuestra política ha aislado a Estados
Unidos, incluso en el seno de las Naciones Unidas. Hoy, Estados Unidas optará
por la abstención. Es otro paso modesto y esperamos que habrá otros muchos para
poner fin al embargo americano”.[3]
Esta votación histórica se enmarca en la continuidad de las medidas que
ha adoptado Barack Obama desde el restablecimiento del diálogo con La Habana el
17 de diciembre de 2014. Desde esa fecha, la Casa Blanca procedió a la
liberación de tres presos políticos cubanos y retiró a Cuba de la lista de
países patrocinadores del terrorismo. También anunció varias veces –seis en
total– parsimoniosas reducciones de las sanciones económicas, aunque su alcance
sigue siendo muy limitado.
Así, desde hace dos años, la administración
demócrata reanudó las relaciones diplomáticas con Cuba, procedió a la
reapertura de una embajada en La Habana, restableció los vuelos comerciales
directos entre ambos países, amplió las categorías (12 en total) de ciudadanos
estadounidenses autorizados a viajar a Cuba y dio su acuerdo para algunas
inversiones estadounidenses en la isla, particularmente en el campo de las
telecomunicaciones. La visita histórica de Barack Obama a Cuba en marzo de 2016
consagró esta nueva era para las relaciones entre La Habana y Washington.
Las últimas medidas se anunciaron el 14 de octubre de 2016, o sea dos
semanas antes de la votación en las Naciones Unidas, y permiten, entre otros, a
los ciudadanos estadounidenses autorizados a viajar a Cuba que traigan ron y
tabaco cubanos sin límite de cantidad. No obstante, Washington prohíbe todavía
la importación clásica de estos mismos productos en el mercado estadounidense.
Del mismo modo, Barack Obama anunció en marzo de 2016 que en adelante Cuba
podría usar el dólar para sus transacciones internacionales. Más de seis meses
después de este anuncio, La Habana todavía no ha podido realizar intercambios
en moneda estadounidense, por el temor de los bancos internacionales de ser
sancionados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.[4]
El Gobierno cubano, mediante su ministro de Relaciones Exteriores Bruno
Rodríguez, saludó el gesto de Barack Obama. No obstante, recordó que las
sanciones económicas aún seguían vigentes:
“Sin embargo, el bloqueo económico, comercial y financiero persiste,
provoca daños al pueblo cubano y obstaculiza el desarrollo económico del país.
[…] No hay familia cubana ni sector en el país que no sufra sus efectos: en la
salud, la educación, la alimentación, en los servicios, los precios de los
productos, en los salarios y las pensiones. […] Por su marcado carácter
extraterritorial, el bloqueo también afecta directamente a todos los Estados
miembros de las Naciones Unidas”.[5]
Ninguna administración ha ido tan lejos en la normalización de las
relaciones con Cuba como la de Barack Obama. No obstante, mientras que su
último mandato llega a su fin, el presidente de Estados Unidos no ha usado sus
prerrogativas como jefe del poder ejecutivo para desmantelar la red de
sanciones económicas contra Cuba. En efecto, la Casa Blanca podría por ejemplo
restablecer el comercio bilateral entre las empresas estadounidenses y cubanas,
autorizar las inversiones estadounidenses en Cuba y permitir que Cuba adquiera
productos no alimenticios a crédito en el mercado de Estados Unidos. Los
sectores que dependen de una decisión del Congreso son limitados y pueden ser
esquivados por el poder ejecutivo.
Desde su imposición desde hace más de medio siglo, las sanciones
económicas han costado 125.000 millones de dólares a la economía cubana y
constituyen el principal obstáculo al desarrollo de la isla. Representan una
grave violación del Derecho Internacional y suscitan el oprobio de la comunidad
internacional que expresó otra vez su oposición a las medidas de coerción
impuestas a la población civil. Su levantamiento es indispensable a la
normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris
Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La
Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados
Unidos. Su último libro se titula Cuba, ¡palabra a la defensa!, Hondarribia,
Editorial Hiru, 2016.
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http://www.tiendaeditorialhiru.com/informe/336-cuba-palabra-a-la-defensa.html
Contacto: lamranisalim@yahoo.fr ; Salim.Lamrani@univ-reunion.fr
Página Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel
[1]Somini Sengupta & Rick Gladstone, «U.S Abstains in U.N. Vote
Condemning Cuba Embargo», The New York Times, 26 de octubre de 2016.
http://www.nytimes.com/2016/10/27/world/americas/united-nations-cuba-embargo.html?_r=0
(sitio consultado el 29 de octubre de 2016).
[2]Ibid.
[3]Samatha Power, « Remarks at a UN General Assembly Meeting on the Cuba
Embargo », United States Mission to the United Nations, 26 de octubre de 2016.
https://usun.state.gov/remarks/7510 (sitio consultado el 29 de octubre de
2016).
[4] Barack Obama, « Presidential Policy Directive: United States-Cuba
Normalization », The White House, 14 de octubre de 2016.
https://www.whitehouse.gov/the-press-office/2016/10/14/presidential-policy-directive-united-states-cuba-normalization
(sitio consultado el 28 de octubre de 2016).
[5] Bruno Rodríguez
Parrilla, « Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno
Rodríguez Parrilla, en la presentación del proyecto de Resolución ‘Necesidad de
poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados
Unidos de América contra Cuba’ en la Asamblea General de Naciones Unidas »,
Cubadebate, 26 de octubre de 2016.
http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/10/26/bruno-rodriguez-eeuu-se-abstiene-en-onu-pero-el-bloqueo-sigue/#.WBT4zHrj-2U
(sitio consultado el 29 de octubre de 2016).
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